«La comunicación en la Iglesia sigue un paradigma ya superado» - Alfa y Omega

«La comunicación en la Iglesia sigue un paradigma ya superado»

Los obispos responsables de Comunicación de España y Portugal señalan tres propuestas: ofrecer un mensaje adaptado a la nueva cultura de la comunicación, recalcar la dignidad de la persona humana en el mundo digital y la promoción de un ambiente donde se posibilite el diálogo

Redacción

Los obispos de las comisiones episcopales de Medios de Comunicación de España y Portugal se reunieron en Oporto del 2 al 4 de julio en su tradicional encuentro anual que este año dedicaron, por la cercanía del próximo sínodo de obispos, a los jóvenes y la comunicación. Participaron como ponentes Leticia Soberón, miembro del Dicasterio para la Comunicación de la Santa Sede, y Joaquim Freitas, jefe adjunto del Cuerpo Nacional de los Scouts Católicos de Portugal.

Tras los trabajo y una reflexión común, los obispos de ambos países señalan que «hoy, más que nunca, el medio comunicativo —de manera especial internet y las redes sociales— configura nuestro modo de ver el mundo, de elaborar el pensamiento, de relacionarnos con los demás. El paradigma textual, más lineal y analítico, está siendo sustituido por la comunicación a través de las imágenes, con una sucesión de ideas inconexas y fragmentarias. Cada uno de estos paradigmas de comunicación es comprendido por generaciones culturales distintas».

En este sentido, constatan que la comunicación de la Iglesia todavía permanece ligada al paradigma anterior al creado por las redes sociales: «Esto es algo habitual ya que, tras el cambio de un ambiente cultural, la mente humana queda ligada, por un largo periodo de tiempo, al modo de razonamiento anterior».

Y continúan: «Por eso, al utilizar la comunicación para la difusión del mensaje cristiano entre los jóvenes, predomina una comunicación unidireccional, creada por adultos, con el modo lineal y analítico de la anterior cultura. De este modo, los jóvenes no son capaces de comprender qué se les dice a causa del cómo se les dice: en este caso, el medio dificulta el mensaje».

Por ellos, lanzan tres propuestas concretas para dar respuesta a esta situación. La primera, hacer más eficaz y atractiva la comunicación del mensaje cristiano a los jóvenes, pues «las tecnologías usadas para comunicar son factores que alteran y modelan las relaciones sociales y la psicología humana» y, por tanto, «la Iglesia debe ofrecer su mensaje adaptado a esta nueva cultura de la comunicación, predominantemente visual y fragmentaria».

En segundo lugar, señalan la necesidad de que la Iglesia profundice en su visión antropológica para dar respuesta a los retos reales, pero también a los digitales y virtuales. «Urge una antropología que señale el valor de la dignidad de la persona humana en el mundo digital, sus rasgos, sus derechos y la imagen de Dios que subyace en esos perfiles», explican.

Por último, defienden que en la evangelización los jóvenes deben ser sujetos de comunicación, productores de contenidos y creadores de parábolas. «Debemos seguir promoviendo un ambiente que posibilite el diálogo entre todos a partir de sus conocimientos, convicciones y sentido para la vida. Es lo que podemos llamar “sinodalidad cotidiana” que se consigue, no solo por cambiar los lenguajes y las estrategias de comunicación, sino por multiplicarlas de acuerdo con los destinatarios».