Mary Shelley. La mujer detrás del monstruo - Alfa y Omega

Mary Shelley. La mujer detrás del monstruo

Juan Orellana
Elle Fanning interpreta a Mary Shelley. Foto: Ricardo Vaz Palma

La directora saudí Haifaa al-Mansour, muy celebrada por su largometraje La bicicleta verde, realiza su primera película europea sin dar la espalda a su preocupación feminista. No solo elige el biopic de una mujer que intentó abrirse paso en un mundo literario dominado por varones, sino que las posiciones sociales y filosóficas de Mary Wollstonecraft Godwin, futura señora de Shelley, eran impropias de una mujer de aquella época, y podríamos calificarlas de contraculturales. La película se centra en el periodo que va desde 1814, cuando conoce al poeta Percy Shelley, a 1816, año en que tiene lugar la boda entre ambos.

El acierto de la película está en convertir los distintos elementos biográficos de la escritora Mary Shelley en las claves de interpretación del drama existencial de su monstruo literario, la famosa criatura del doctor Victor Frankenstein. La película nos presenta a una Mary Shelley como mujer librepensadora, una especie de antisistema decimonónica que tiene que pagar las consecuencias de su ideología revolucionaria. Sin embargo, su filosofía va más lejos que su propia vida, dado que, por ejemplo, ella dice creer en el amor libre, pero no concibe una relación con su futuro marido que no sea de mutua fidelidad, lo cual le va a traer soledad, sufrimiento, y la incomprensión de su libertino esposo. Por otra parte, el tener que vivir su maternidad fuera del matrimonio, y con un hombre casado, le va a deparar marginalidad social, penurias económicas y, como consecuencia de todo ello, la desgracia para su hijo. Todo este cúmulo de circunstancias va a hacer que poco a poco se vaya percibiendo como un ser permanentemente insatisfecho, al que se priva de la felicidad prometida, y juzgado como un monstruo por los que le rodean, especialmente por la legítima esposa de Shelley. Todos estos sentimientos los va a verter en la criatura de Frankenstein, dotándole de una universalidad que ni ella sospechó en aquel momento.

Al margen de este drama personal, que es sin duda la columna vertebral del filme, la película es el retrato de un mundo complejo, lleno de inadaptación e inconformismo, y que nos legó lo que se llama Romanticismo. Pero Mary Shelley nos muestra los aspectos menos románticos del Romanticismo, como una falsa moral, una impostura artificiosa –tremenda la banalidad del personaje de lord Byron–, y un montón de promesas imaginarias que no se cumplen. También los protagonistas de la cinta optan por la irreverencia sacrílega como expresión de la nueva religión, libre y sin mediaciones institucionales.

En este mundo de espejismos y falsas esperanzas, la gran actriz Elle Fanning da vida brillantemente a una Mary Shelley que conserva un núcleo de pureza imbatible, de profunda nobleza y autenticidad humanas que nos permiten empatizar con ella a pesar de su delirante existencia. Le da la réplica un correcto Douglas Booth en el papel de Percy Shelley. La puesta en escena es elegante, esmerada, con la sensibilidad propia de una mujer de Oriente como la cineasta. Sin duda una película interesante, para espectadores con cierto barniz cultural.

Mary Shelley
Director:

Haifaa Al-Mansour

País:

Reino Unido

Año:

2017

Género:

Drama

Público:

+12 años