250 años de consagración de «la dama de las catedrales» - Alfa y Omega

250 años de consagración de «la dama de las catedrales»

Un 16 de julio de 1768 el entonces obispo de Segovia, Juan José Martínez Escalzo, presidió la consagración y bendición de la catedral segoviana. Con motivo de los 250 años de esta efeméride, el Cabildo Catedral ha organizado Misas, un concierto de órgano, varias visitas guiadas sobre la historia de la consagración y una curiosa exposición en torno a la luz

Cristina Sánchez Aguilar
Foto cedida por el Cabildo Catedral de Segovia

Erigida en pleno siglo XVI, la santa iglesia catedral de Nuestra Señora de la Asunción y San Frutos es una de las catedrales góticas más tardías de España y Europa. Definida como «la dama de las catedrales» por el presidente de la Primera República, Emilio Castelar, se enmarca en una de las ciudades españolas con más iglesias por habitante.

Todo comenzó el 8 de junio de 1525, día en que se colocó la primera piedra. El maestro de obras, Rodrigo Gil de Hontañón, tenía un objetivo a corto plazo: cerrar el crucero junto con la nave central, los laterales y las capillas hornacinas. «Uno de los motivos para hacerlo era trasladar al Santísimo Sacramento cuanto antes y comenzar así con la función litúrgica del templo», explican desde la catedral.

Este traslado y la primera Eucaristía tuvieron lugar el 5 de agosto de 1558, coincidiendo con la festividad de la Asunción, a la que está dedicada el templo junto al patrón de la diócesis, san Frutos. Según recogió el historiador segoviano Diego de Colmenares, «la procesión de traslado y los actos organizados en torno a ella gozaron de un amplio despliegue procesional y de festejos, como muestra de devoción del pueblo segoviano hacia Dios y la Virgen». El Cabildo compró luminarias para engalanar la ciudad durante tan marcada ocasión y, afirma Colmenares, «toda la ciudad ardía en llamas. Durante la celebración de los 250 años de la consagración, la tarde del lunes, rescatamos las que quedaban y las colocamos en la vía sacra, recordando aquella primera Misa», explica Mercedes Sanz de Andrés, guía de la catedral.

Esta primera Eucaristía fue la antesala de la consagración del templo, que tendría lugar 210 años después. «Meses antes de la importante fecha comenzaron los preparativos desde el Cabildo Catedral y por parte del obispo diocesano, monseñor José Martínez Escalzo», se lee en la historia recogida de la consagración. La catedral «debía contar con todos los detalles posibles y se encargaron cornucopias –espejos visibles en la actualidad a lo largo de todo el templo– y cruces para ser distribuidas por todas las naves».

En la víspera del 16 de julio de 1768 el ambiente festivo recorría ya toda la ciudad de Segovia. «El volteo de las campanas, a lo largo de todo el día, invitaba a los fieles a la oración y a la preparación espiritual para dicho momento, a lo que el clero se unió ayunando durante toda la jornada», afirman los historiadores de la catedral.

Finalmente, el 16 de julio se procedió a la solemne consagración y bendición, 540 años después de la consagración de la anterior catedral de la ciudad, emplazada frente al Alcázar y destruida durante la Guerra de los Comuneros, entre 1520 y 1522. «El coro comenzó a entonar los cantos a las cuatro y media de la madrugada y el rito de la consagración se inició una hora después. La celebración se prolongó durante varias horas y no fue hasta las doce del mediodía cuando el obispo abandonaba el templo, entre los vítores de los segovianos por ver concluida, tras siglos, su catedral». A la que habían dedicado, por cierto, «su sudor y constancia», como recoge un texto del siglo XVII. «Fue especialmente el pueblo de Segovia, miles de personas anónimas como el fabriquero –el canónigo encargado de las obras durante 40 años–, los cerrajeros, los hortelanos, las diferentes parroquias y sus gremios… el que aportó los reales para sufragar el coste de la gran obra, que ascendió a 200 millones de maravedíes», afirma Sanz de Andrés.

Una exposición contemporánea

Además de la Eucaristía de conmemoración del templo –presidida por monseñor César Franco el pasado martes–, y dos visitas guiadas creadas para explicar la historia de consagración y los benefactores que la avalaron, el Cabildo Catedral ha colaborado en la instalación en el trascoro del templo de una moderna exposición que, desde el 19 de julio hasta el 11 de agosto, «transportará la luz recogida con la ayuda de fotorresistencias durante las 24 horas del solsticio de verano del 21 de julio de 2017 en la ciudad sagrada de Jerusalén a tres templos de las religiones abrahámicas», señalan desde el Cabildo.

Su creadora, la alemana Dana Greiner, ha titulado esta instalación de luz como yrwšlm, nombre hebraico de Jerusalén, lugar donde captó la luz aquel día de julio con ayuda de fotorresistores y un microcontrolador. Los nueve paneles LED instalados en la catedral reproducen simultáneamente luz, oscuridad y todo cambio acontecido aquel día en la ciudad sagrada. «Esta instalación se sirve del significado de la luz como momento existencial de todo ser humano, como símbolo de igualdad y como reflexión sobre las cosas en común», afirma la artista.

Al mismo tiempo, será una experiencia compartida, porque la luz «no pertenece a pueblo, religión, país o continente alguno», señala el Cabildo. Por eso, la obra se mostrará de manera paralela y sincrónica en la Muslim Association of Puget Sound en Seattle (EE. UU.), en la Comunitá Ebraica di Casale Monferrato (Italia) y en la propia catedral segoviana. «Supone un punto de encuentro para tender puentes entre religiones, cristianismo, islam y judaísmo, creyentes y no creyentes, a través del arte».