Este domingo se celebraron en toda Latinoamérica 500 Misas por Nicaragua - Alfa y Omega

Este domingo se celebraron en toda Latinoamérica 500 Misas por Nicaragua

El cardenal Brenes pidió, desde la catedral de Managua, «que la confrontación, y de manera especial el odio, desaparezcan de nuestras mentes y de nuestros corazones». Monseñor Báez ha asegurado que los obispos siguen dispuestos a mediar en el diálogo nacional a pesar de la «actitud confrontativa» de Ortega

Redacción
Foto: REUTERS/Oswaldo Rivas

El domingo se ofrecieron en toda Latinoamérica más de 500 Eucaristías por Nicaragua. Informó de ello el cardenal Leopoldo Brenes, arzobispo de Managua, al comienzo de la Misa que él mismo presidió en la catedral de la capital nicaragüense. La iniciativa se enmarca dentro de la Jornada de Oración por Nicaragua convocada por el Consejo Episcopal Latinoamericano.

Nicaragua atraviesa la época más violenta desde la década de 1980, también con Ortega también como presidente. La crisis sociopolítica que comenzó hace algo más de tres meses, en abril, ha dejado ya entre 277 y 351 muertos, según los datos que aportó el mismo arzobispo.

En sus palabras, el cardenal Brenes subrayó que esas Misas se estaban celebrando «por todos los nicaragüenses, sin exclusión alguna, por todos. Los países de Europa también están unidos en oración con nosotros, qué hermoso».

La Iglesia católica, que actúa como mediadora en el diálogo para resolver la crisis que sostienen el Gobierno y diversos sectores de la sociedad nicaragüense, ha sido una de las instituciones más atacadas por sectores oficialistas, incluyendo a Ortega, quien ha acusado a los obispos de apoyar un «golpe de Estado».

«Yo quisiera que esta celebración la ofrezcamos por toda Nicaragua, por que la confrontación, y de manera especial el odio, desaparezcan de nuestras mentes y de nuestros corazones», resaltó el cardenal.

La Iglesia sigue buscando el diálogo

El mismo día, en declaraciones a la prensa tras concluir la Misa en la parroquia de San Miguel Arcángel, monseñor Silvio Báez, obispo auxiliar de Managua, aseguró que la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) seguirá como mediadora en el diálogo nacional a pesar de la «actitud confrontativa» del régimen de Ortega.

El jueves 19 de julio, durante la celebración del 39º aniversario de la revolución de Nicaragua, Ortega afirmó que le «dolió que los señores obispos tuvieran esa actitud de golpistas». Monseñor Báez reconoció que «llamar al dialogo en este momento va a ser difícil por la actitud confrontativa que ha tomado el gobierno y el lenguaje calumnioso contra la iglesia».

La propuesta de celebrar elecciones anticipadas del 2021 al 2019 presentada a Ortega dentro de una agenda de democratización no es un golpe de Estado: «Estamos buscando una solución pacifica a un conflicto que ha alcanzado unas dimensiones insospechadas», agregó Báez. La semana pasada, la Organización de Estados Americanos apoyó con una resolución esta petición de adelanto electoral de la Iglesia.

La posición de Ortega «no nos va a detener para volver a convocar al diálogo», pero los detalles sobre cómo y cuando se hará el llamado será discutido en el seno de la CEN esta semana.

El auxiliar de Managua también calificó de «calumnias infames» las acusaciones de Ortega de que los obispos usan los templos como cuarteles y almacenes de armas, y que de ellos salen personas a matar.

La Iglesia católica, seguida por el 58,5 % de la población nicaragüense, ha sufrido profanaciones en al menos siete templos desde que, en junio pasado, el episcopado pidió a Ortega adelantar a marzo de 2019 las elecciones de 2021, para acabar con la crisis.

Críticas internacionales

Tanto la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), como la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH), han responsabilizado al Gobierno de Ortega de graves violaciones de los derechos humanos.

La CIDH ha denunciado «asesinatos, ejecuciones extrajudiciales, malos tratos, posibles actos de tortura y detenciones arbitrarias cometidos en contra de la población mayoritariamente joven del país»; acusaciones que el Gobierno rechaza.

Las protestas contra Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, comenzaron el 18 de abril pasado, por unas fallidas reformas de la seguridad social y se convirtieron en una exigencia de renuncia del mandatario, después de once años en el poder, con acusaciones de abuso y corrupción.

Agencias / Redacción