Cáritas insiste: los temporeros viven en «condiciones infrahumanas» - Alfa y Omega

Cáritas insiste: los temporeros viven en «condiciones infrahumanas»

Jornadas de hasta 13 horas por un salario tan bajo que no les permite encontrar alojamiento, teniendo que pagarse hasta el transporte al campo y sometidos a los abusos de los intermediarios… así es la vida a la que este año se están viendo sometidos más temporeros que en campañas anteriores, según ha hecho público Cáritas Ciudad Real

Redacción

«¿Cómo es posible que personas que están trabajando y ganando un sueldo vivan tirados en el campo o en una nave, en condiciones insalubres?». Es la pregunta que lanzaba este miércoles Cáritas Ciudad Real, en un comunicado que denuncia la situación en la que viven los temporeros en esta provincia.

Su denuncia se suma a otras presentadas esta semana por entidades como el sindicato Comisiones Obreras, que está recorriendo diversas localidades de Albacete y Ciudad Real. Según datos ofrecidos por esta entidad, unos 15.000 temporeros, muchos de Europa del Este, recorren España como nómadas en busca de trabajo en el campo.

También la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores, ASAJA Ciudad Real, ha pedido a las administraciones que aborden «con seriedad y rigurosidad un problema social que se repite cada verano» en esta provincia.

En su comunicado, Cáritas explica que en varias localidades de la diócesis ya ha empezado a atender a temporeros. Los distintos dispositivos de atención y acogida dan respuesta a necesidades básicas como alimentación, aseo personal, higiene, ropa o calzado.

Al mismo tiempo, escuchan sus problemas y les ofrecen asesoramiento e información sobre los recursos disponibles. Con esta presencia, los voluntarios y trabajadores están comprobando cómo, «sin haber llegado aún a la mitad de la campaña, este año son más las personas que viven y duermen en el campo en condiciones infrahumanas».

Sin alojamiento…

La Campaña de Temporeros, que este año tiene como lema Escucha su historia. Todos somos necesarios, pretende también dar a conocer la realidad, «las expectativas, sufrimientos y decepciones» de estos trabajadores con el fin de sensibilizar a la población y denunciar la vulneración de sus derechos.

Cáritas denuncia, por ejemplo, que el Convenio del Campo de Ciudad Real no estipula la obligatoriedad de darles alojamiento. «Esto supone que muchos de ellos no pueden acceder a alojamientos dignos por falta de ingresos, que haya personas que se aprovechen y enriquezcan alquilando casas, naves o locales con precios abusivos, donde viven las personas hacinadas y con gran falta de higiene, y que muchos opten por vivir en el campo, en tiendas de campaña o en asentamientos improvisados», explican desde la entidad.

Por otro lado, los temporeros hacen frente a jornadas de hasta 13 horas, por las cuales muchas veces cobran menos dinero de lo establecido en un principio. Según CC. OO., en Ciudad Real, por ejemplo, se paga un 14 % que en el resto de Castilla-La Mancha.

…y sin cotizar

De este dinero se les descuenta en ocasiones, además, el transporte hasta el lugar de trabajo. Otra desagradable sorpresa es descubrir que, aunque se les ha dado de alta en la Seguridad Social, su empleador no ha cotizado por ellos más que una pequeña parte del total de días que han trabajado.

Además de los abusos de los agricultores, desde la entidad caritativa de la Iglesia de Ciudad Real denuncian la existencia de intermediarios o mafias que se quedan con parte del salario de los temporeros, los coaccionan y amenazan y retienen su documentación. «Las personas más débiles, los que se encuentran en situaciones más desesperantes y de mayor exclusión, son sobre los que recaen los mayores abusos», añaden.

Para atajar esta realidad, Cáritas reclama el diálogo y el trabajo conjunto de muchas entidades e instituciones, desde la Administración pública y la Inspección de Trabajo hasta los sindicatos generales y sindicatos agrarios, los cuerpos y fuerzas de Seguridad y las entidades sociales. «No podemos seguir mirando hacia otro lado ni seguir consintiendo lo que está pasando en nuestro campo. Por supuesto, tampoco podemos acostumbrarnos».