«¿Hace falta que se destruya la vida de más niños para acabar con la guerra en Yemen?» - Alfa y Omega

«¿Hace falta que se destruya la vida de más niños para acabar con la guerra en Yemen?»

El secretario general de la ONU, António Guterres, ha pedido «una investigación independiente y rápida» sobre el ataque aéreo de la coalición liderada por Arabia Saudí, que el jueves acabó en Yemen con la vida de 43 personas, entre ellas 29 niños. El vicario apostólico en Arabia Meridional ha lamentado que en esta guerra «han saltado todas las reglas». «Basta de crueldad contra los niños», ha subrayado el director regional de UNICEF

Agencias
Dos niños reciben atención médica tras el bombardeo en Sadah. Foto: REUTERS/Naif Rahma

43 personas murieron el jueves y varias decenas más resultaron heridas como consecuencia de una serie de ataques aéreos perpetrados por la coalición saudí en el norte de Yemen, en la región de Sadah, y en los que también habrían perdido la vida numerosos niños, según fuentes médicas y del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).

En concreto, esta última organización habla de al menos 29 menores de 15 años fallecidos, pues uno de los bombardeos alcanzó un autobús lleno de niños en el mercado de Dahyan. También entre los 61 heridos hay una treintena de menores.

El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, condenó los ataques aéreos. «Todas las partes deben velar constantemente por preservar a los civiles y los bienes civiles durante las operaciones militares. Pide una investigación independiente y rápida sobre este incidente», señaló el mismo jueves su presidente, Farhan Haq. Guterres llamó a las partes a llegar a un acuerdo político a través de un diálogo, algo que definió como «la única forma de acabar con el conflicto».

«Cima de la crueldad»

Monseñor Paul Hinder, vicario apostólico de Arabia Meridional (Emiratos Árabes Unidos, Omán y Yeme) ha calificado este ataque de «cima de una increíble crueldad». En esta guerra –lamentaba– «han saltado todas las reglas, cada parte acusa a la otra de la violencia» y no hay certeza «sobre la responsabilidad». Con todo, «sea quien sea el responsable, es un verdadero irresponsable que opera violando cualquier regla, incluso las básicas, en un contexto de guerra».

El prelado, que suele mantener una posición discreta sobre el conflicto, ha añadido que «la situación es terrible», y que «es evidente el sentimiento de impotencia y de desarme total». Espera que «la diplomacia se mueva», recordando que el 6 de septiembre comenzará en Ginebra una nueva ronda de negociaciones promovida por el enviado especial de la ONU para Yemen, Martin Griffiths. «Solo tenemos que esperar y orar», ha concluido, al tiempo que agradecía los «numerosos llamamientos a la paz» del Papa Francisco y deseaba que «puedan dar fruto».

Ya «no valen excusas»

También se pronunció contra el ataque el director regional del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) en Oriente Próximo y el Norte de África, Geert Cappelaere. Ya «no valen excusas», subrayó. «Basta de crueldad contra los niños», ha reclamado en un comunicado. «¿De verdad el mundo necesita que se destruyan las vidas de más niños inocentes para acabar con esta guerra cruel en Yemen?», preguntaba.

La coalición que lidera Arabia Saudí, que combate en Yemen del lado del Gobierno de Abdo Rabbu Mansur Hadi contra los rebeldes hutíes, ha reconocido la autoría de los ataques pero ha asegurado que el objetivo eran los equipos utilizados por los rebeldes para lanzar el miércoles un misil contra territorio saudí. La interceptación de dicho proyectil se saldó con un civil muerto y once heridos en Jizan.

De esta forma, la coalición ha alegado que actuó conforme al Derecho Internacional y ha acusado a los rebeldes, vinculados a Irán, de utilizar a niños como escudos humanos, según una nota difundida por la agencia de noticias oficial saudí, SPA. El CICR, en cambio, ha expresado sus dudas en Twitter. «Según el Derecho Internacional Humanitario, los civiles deben ser protegidos durante el conflicto». Al igual que otros grupos, Cruz Roja ha acusado en estos últimos años a las partes beligerantes de atacar objetivos teóricamente protegidos.

Hace solo una semana, Save the Children denunció que el aumento de los bombardeos sobre la ciudad de Hodeida, al oeste del país, estaba poniendo en peligro la vida de miles de niños. Incluso antes de ese repunte, añadían, un promedio de 6.238 personas huían cada día de la ciudad, de las cuales la mitad, unas 3.000, eran niños.