De Roma a Seúl, miles de jóvenes se preparan este fin de semana para el sínodo - Alfa y Omega

De Roma a Seúl, miles de jóvenes se preparan este fin de semana para el sínodo

Italianos que peregrinan con inmigrantes recién llegados; asiáticos que viajan hasta Hong Kong para participar en la Peregrinación de Confianza organizada por Taizé, o coreanos que compartirán sus problemas y su deseo de Dios cuatro años después de la visita de Francisco a este país. Así será el Día Internacional de la Juventud para 75.000 chicos y chicas católicos

María Martínez López
Foto: Peregrinación Macerata-Loreto

Apenas dos meses antes del Sínodo de los Obispos sobre Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional, y en el fin de semana en el que se celebra el Día Internacional de la Juventud, la Iglesia tiene estos días varias citas de peso con los jóvenes.

La más numerosa es la peregrinación juvenil convocada por la Conferencia Episcopal Italiana y que este fin de semana reunirá en Roma a 70.000 jóvenes. El evento, que tiene como lema ¡Aquí estamos!, tendrá como puntos centrales dos encuentros con el Papa Francisco.

Para muchos de estos jóvenes, sin embargo, la experiencia comenzó hace días. Fue entonces cuando 40.000 chicos y chicas salieron de sus lugares de origen para participar en Por mil caminos, una serie de peregrinaciones diocesanas para llegar a la Ciudad Eterna a pie.

El título de esta iniciativa se inspira en el himno de la JMJ de Tor Vergata, en el año 2000, que en una de sus estrofas en italiano decía «por mil caminos llegamos a Roma». A estas peregrinaciones se ha sumado también el movimiento de Comunión y Liberación, que este verano celebraba la 40ª edición de su peregrinación entre Macerata y Loreto.

Noche de la fe

Una vez alcanzada su meta, estos jóvenes y los 30.000 que han viajado directamente a Roma se reunirán el sábado por la tarde en el Circo Máximo para el encuentro y vigilia de oración con el Papa Francisco por los frutos del sínodo. Antes de dirigir la oración, el Santo Padre responderá a las preguntas de tres de estos jóvenes. Los muchachos, además, le entregarán un regalo sorpresa.

Cuando el Papa se vaya, comenzará una fiesta con actuaciones de músicos y humoristas. Y, a partir de medianoche, diversos lugares de Roma acogerán la Noche Blanca de la Fe, con posibilidad de participar en distintos encuentros, confesarse o adorar al Santísimo.

El domingo por la mañana, los jóvenes se reunirán en la Plaza de San Pedro para la Eucaristía que presidirá el cardenal Gualtiero Bassetti, presidente de la Conferencia Episcopal Italiana. Al concluir la Misa, tendrán un segundo momento de encuentro con Francisco, que comenzará con el rezo del Ángelus.

Peregrinando con inmigrantes

Entre los peregrinos que este fin de semana están en Roma, algunos han participado en iniciativas particularmente interesantes. Por ejemplo, las cinco diócesis de la región de Salento —el tacón de la bota que es Italia— han organizado una peregrinación con 400 jóvenes, de los cuales 190 son inmigrantes: jóvenes fundamentalmente de Nigeria y Gambia, además de otra veintena de nacionalidades, y que viven en un Centro de Acogida Extraordinaria y en otros centros del Servicio de Protección a los Solicitantes de Asilo y Refugiados (SPRAR por sus siglas en italiano).

La peregrinación empezó el domingo 5 de agosto, y ha concluido con la firma de la Carta de Leuca que recoge la experiencia de estos días y el compromiso de estos jóvenes, de tantos países diferentes, de construir la paz. La experiencia ha tenido, según los organizadores, «sabor de JMJ mezclado con las heridas de nuestro tiempo».

Encuentro ecuménico en Hong Kong

Al mismo tiempo que los jóvenes italianos concluyen su peregrinación en Roma, 2.500 jóvenes cristianos de toda Asia estarán haciendo lo propio en la ciudad china de Hong Kong. Esta región acoge, desde el día 8 de agosto y hasta este domingo, un encuentro asiático de jóvenes organizado por la comunidad ecuménica de Taizé. Esta cita es similar, aunque a menor escala, a las europeas que se organizan cada Año Nuevo en una ciudad del Viejo Continente y que el próximo diciembre acogerá Madrid.

El encuentro forma parte de la Peregrinación de Confianza a través de la Tierra que promueve Taizé. Una llamada especialmente significativa en esta zona, marcada por las limitaciones que sufren los cristianos en la China continental para vivir su fe.

En una carta conjunta, el cardenal John Tong Hon, arzobispo emérito de Hong Kong; Paul Kwong, primado anglicano de la ciudad, y So shing-yit Eric, presidente de su Consejo Cristiano, valoran la iniciativa como «un signo de fe, esperanza y caridad, muy necesarios hoy para el mundo y para en Hong Kong en particular, para promover la justicia, la reconciliación y la paz. Debemos educar a nuestros jóvenes para que puedan contribuir a la transformación de la sociedad».

Los jóvenes de diversos países que están en Hong Kong estos días, además de escuchar por la mañana charlas sobre la Escritura, comparten sus vivencias de fe en pequeños grupos y participan en talleres organizados por organizaciones internacionales, comunidades cristianas e iniciativas solidarias locales. Durante estos encuentros, tendrán un protagonismo especial los hermanos de Taizé que viven en sendas comunidades fundadas en Bangladés y Corea.

Encuentro de Taizé en Hong Kong. Foto: Taizé

Última parada: Corea

Al terminar el encuentro de Hong Kong, el prior de Taizé, el hermano Alois, se dirigirá a Seúl, donde participará en la Jornada de la Juventud Coreana (KYD por sus siglas en inglés). El encuentro, que comienza este sábado y concluirá el día 15, contará con la presencia de 2.000 jóvenes católicos de las 16 diócesis coreanas.

Se trata de la cuarta edición de esta iniciativa, que en el año 2014 coincidió con la Jornada Asiática de la Juventud y contó con la presencia del Papa Francisco.

En declaraciones a Fides, el cardenal Andrew Yeom Soo-jung, arzobispo de Seúl, ha explicado que la Jornada, que tiene como lema Soy yo, no tengáis miedo, es una oportunidad para que los jóvenes crezcan espiritualmente y «puedan encontrar a Cristo en sus vidas».

La situación de los jóvenes coreanos que describe el cardenal no es muy distinta de la de los occidentales: «La tasa de desempleo entre ellos es la más alta en la historia. Tienden a retrasar o abandonar la idea de casarse y formar una familia a causa del desempleo».

Por otro lado ­—continuaba—, «se acercan a Dios con pasión y deseo y traen al mundo la verdadera felicidad que viven al experimentar el amor de Dios en sus vidas. Tienen un potencial infinito porque son jóvenes y merecen ser amados solo porque son jóvenes». En este sentido, el arzobispo espera que durante estos días «muchos puedan descubrir la verdadera paz y el consuelo en la presencia de Dios».