El cardenal Rouco recuerda a las víctimas de la crisis ante la fiesta de la Almudena - Alfa y Omega

El cardenal Rouco recuerda a las víctimas de la crisis ante la fiesta de la Almudena

María, señal de esperanza cierta y de consuelo es el título de la carta del arzobispo de Madrid, cardenal Antonio María Rouco, para la festividad de la Patrona de la diócesis, Santa María la Real de la Almudena, que se celebra el 9 de noviembre. El cardenal recuerda especialmente a las «personas y familias en paro», a «tantos matrimonios jóvenes que no pueden criar dignamente a sus hijos» y a «tantas mujeres que sufren maltrato y marginación»

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El cardenal arzobispo de Madrid invita a «participar en la Santa Misa que se celebrará en la Plaza Mayor, y en la posterior procesión en la que honraremos a nuestra Patrona», y anima a acudir a María especialmente en tiempos de dificultades. Al respecto, el arzobispo cita unas palabras del Papa: «María siempre está con nosotros. Sostiene a los cristianos en el combare contra las fuerzas del mal… Donde está la cruz para nosotros los cristianos hay esperanza. Si no hay esperanza, no somos cristianos. Por eso me gusta decir: no os dejéis robar la esperanza».

Estas palabras, dice el cardenal Rouco, «adquieren una gran resonancia en estos momentos en el que tantas familias sufren las diversas crisis en nuestra sociedad: crisis humanas, morales y espirituales, crisis económicas: ¡no nos dejemos robar la esperanza! Pienso especialmente en tantas personas y familias en paro, en tantos matrimonios jóvenes que no pueden criar dignamente a sus hijos, en tantas mujeres que sufren maltrato y marginación».

«En estos momentos de crisis y de incertidumbre económica, prosigue el arzobispo de Madrid, la acción de Cáritas, diocesana y parroquial, y de tantas obras de caridad que llevan a cabo numerosas realidades eclesiales de nuestra ciudad, son un testimonio esperanzador de cómo la fe sabe transformarse en obras de servicio. Hay muchas manos trabajando en esas acciones de auténtica caridad cristiana: yo pido hoy, confiado en la intercesión de nuestra Madre y Patrona, que esas manos se multipliquen y que nos conceda por medio de su Hijo las gracias espirituales y materiales que necesitamos».

«La advocación de la Almudena a la Madre de Dios data nada menos que de los comienzos del segundo milenio», según recuerda el cardenal. «Fue en el año 1085 cuando los habitantes de esta ciudad comenzaron a honrar a la Virgen con esta advocación. También el Voto de la Villa que renovará la señora alcaldesa tiene un origen muy antiguo», desde el 8 de septiembre de 1646. «Aquel primer voto fue, como sabéis, en acción de gracias por haber salido sanos y salvos de una inundación. Hoy seguimos dando gracias a la Virgen, pidiendo lo mejor para esta ciudad que ha manifestado su fe en Cristo y su amor a la Iglesia durante muchas generaciones de cristianos en las que ha habido numerosos mártires y santos. Fe que ha resplandecido con singular belleza en la JMJ 2011, presidida por el Santo Padre Benedicto XVI».