Nuestro patrimonio - Alfa y Omega

Nuestro patrimonio

Cristina Tarrero
Foto: Taller diocesano de Restauración de Nuestra Señora de la Almudena

El patrimonio religioso y su conservación están de actualidad. Restauraciones novedosas de monumentos amplían nuestros conocimientos y demuestran que ciertas obras de arte no eran como las contemplamos, como el Pórtico de la Gloria de la catedral de Santiago de Compostela. También de actualidad son algunas de las intervenciones poco acertadas que hemos conocido a través de la prensa y que dañan la imagen de las instituciones. Ambos sucesos conviven en un mundo globalizado. La Comisión Pontificia para los Bienes Culturales de la Iglesia, a través de un documento, reflexiona sobre la importancia de la conservación del patrimonio eclesiástico afirmando que está íntimamente unido a la vivencia eclesial, pues muestra el camino recorrido por la Iglesia a lo largo de los siglos en todos los campos, ya sea el culto, la catequesis, la cultura o la caridad. En nuestra ciudad, sin duda, hay un maravilloso conjunto artístico religioso distribuido por templos y museos, y disfrutarlo y conocerlo es un regalo.

La capital tiene una fundación tardía pero una historia de fe muy arraigada. Posee iglesias antiguas y modernas, conventos históricos y otros de nueva fundación que hablan de tradición, historia y religiosidad; también un numeroso grupo de museos que conservan colecciones de arte sacro y religioso como las Descalzas Reales o la Encarnación, y otros, que no son propiamente de temática religiosa pero que exponen piezas fabulosas que recuerdan la religiosidad de nuestros antepasados, como el Museo Arqueológico Nacional. Más específico es el Museo Catedral de la Almudena, que documenta la vida y la devoción de los madrileños a lo largo de los siglos. El Cabildo custodia, tanto en la catedral como en el museo, obras de arte muy significativas. Cuenta para ello con la ayuda del Taller Diocesano de Restauración de Nuestra Señora de la Almudena. A lo largo de estos años han sido muchas las intervenciones que ha realizado para la catedral, aunque la más significativa ha sido la restauración de nuestra patrona, la Virgen de la Almudena. Ha ejecutado además encargos de parroquias e instituciones, y lleva funcionando desde el año 1974, cuando el cardenal Vicente Enrique y Tarancón y el padre José Manuel de Aguilar, OP, crearon el primer centro de la Iglesia para la conservación y restauración del patrimonio histórico artístico.