Youcat, el Catecismo en el que sale Keylor Navas - Alfa y Omega

Youcat, el Catecismo en el que sale Keylor Navas

Los chicos de todo el mundo cuentan desde este verano con un divertido compañero para aprender sobre todo lo que vivimos y creemos los católicos. Se llama Youcat para niños, y el Papa recomienda que padres e hijos lo lean juntos

María Martínez López
Durante el Encuentro Mundial de las Familias en Dublín se organizaron varias actividades como esta para dar a conocer el Youcat para niños. Foto: Fundación Youcat

12.000 familias de todo el mundo que este verano participaron en el Encuentro Mundial de las Familias en Dublín (Irlanda) volvieron a casa con un regalo del Papa: el Youcat para niños, un catecismo pensado para toda la familia. Francisco escribió un pequeño texto para que se incluyera. «Es un Catecismo muy distinto al que yo utilicé», reconoce. Antes, los niños tenían que aprenderse este libro de memoria, aunque no lo entendieran bien. En cambio, Youcat para niños «está totalmente adaptado para que los niños y sus padres pasen tiempo juntos con él y vayan descubriendo, cada vez más, el amor de Dios». Esto, para el Papa, es lo más importante.

Detrás de esta obra está la Fundación Youcat, que desde 2011 prepara libros sobre la fe para los jóvenes… y ahora para niños. Un grupo de teólogos alemanes y austriacos se ha pasado casi cinco años resumiendo todo el Catecismo –¡casi mil páginas!– en 159 preguntas con respuestas sencillas, y que van acompañadas de ilustraciones, citas de la Biblia, anécdotas y frases de famosos. Entre estas preguntas, el Papa ha visto algunas «que los niños hacen a sus padres y catequistas un millón de veces», como «¿por qué existo?» o «¿qué sucede tras la muerte?».

Pero Michaela von Heereman, una de las autoras, añade que han metido también preguntas que quizá no se le ocurran a un niño así como así, pero que pueden despertar su interés. «Cuanto más te metes en los temas con los niños, su sed de aprender crece; preguntan y preguntan, y empiezan a maravillarse» por ser hijos de «este Dios tan emocionante».

Probado con niños

La preparación del Youcat para niños ha durado tanto tiempo porque cuando ya estaba casi terminado «se lo enseñamos a padres y grupos de catequesis que conocíamos, para que nos dieran su opinión sobre si así se podía utilizar o si necesitaba algún cambio», nos cuenta Stefanie, de la Fundación Youcat. Ellos lo probaron con los niños, y les gustó mucho. Aunque también «nos dijeron cambios, por ejemplo para usar imágenes y palabras más cercanas a ellos».

Luego, hubo que adaptar el libro para cada país. En España, donde lo publica Ediciones Encuentro, lo ha hecho un equipo de las delegaciones de Infancia y Juventud y de Catequesis de Madrid. El sacerdote Pedro José, delegado de Infancia y Juventud, nos explica que su trabajo consistió, sobre todo, «en cambiar las citas de famosos alemanes por otras de españoles que los niños puedan conocer, desde nuestro Miguel de Cervantes (el autor de El Quijote) hasta Keylor Navas». Del portero del Real Madrid han cogido esta frase: «Para mí Dios es lo primero, y luego mi familia. Es mi forma de vivir, mi forma de ver las cosas. Me permite vivir feliz».

Una cita para padres e hijos

Igual que el Catecismo para mayores, este Youcat habla del credo, de los sacramentos, de los mandamientos y de la oración. Tiene una introducción sobre cómo Dios creó todo. Pero para Michaela y los demás autores era muy importante que el libro fuera a la vez para hijos y adultos. Por eso, tiene un apartado y muchas explicaciones un poco más largas para que los mayores las lean y puedan hablarlas con sus hijos.

Michaela y sus compañeros quieren que la religión sea «un tema normal de las conversaciones dentro de la familia». Para que sea así, aconsejan a los padres que echen un vistazo al libro antes, porque a veces los niños hacen preguntas importantes en los momentos más complicados, como cuando se está quemando la comida. Pero también hay que «encontrar tiempo para mirar este Catecismo junto con vuestros hijos», subraya el Papa. Michaela recomienda, por ejemplo, «la hora de rezar por la noche».