El secreto del mundo - Alfa y Omega

En Filipinas, como en otros países del sudeste asiático, de junio a octubre es la época de los monzones. Cada año llegan al archipiélago filipino aproximadamente 20 tifones, pero no todos provocan desastres naturales. PAGASA (Servicio Meteorológico Filipino) tiene una lista con 20 nombres por orden alfabético con los que bautizan a los distintos tifones de ese año.

Desde hace tres años estamos en terreno de misión en una zona rural de campos de arroz en la provincia de Pangasinan, al norte de la isla de Luzón. Este pasado mes de agosto, muchas familias con las que trabajamos han perdido la cosecha de arroz, alimento base de la población, debido a las inundaciones provocadas por las abundantes lluvias que han traído los tifones. El tifón Karding, también llamado Yagi, ha tenido gran impacto en la población rural de nuestros barrios, también en Manila y en otras zonas del país.

Con el anterior tifón Josie, las plantaciones de arroz se inundaron de agua y los campesinos trabajaron muy duro para poder recuperar algo. Pero con este no ha sido posible recuperar las cosechas.

Me conmueve ver la capacidad de aceptación y resiliencia de nuestras gentes. Jóvenes y adultos, que han perdido el fruto de su trabajo, sabiendo que barrios cercanos se habían visto más afectados con la entrada de agua en las casas, han sido esa presencia silenciosa y solidaria de Dios compadeciéndose de aquellos que lo están pasando peor.

Muchos jóvenes, después de trabajar duro para sacarse el dinero que necesitan para el transporte y la comida para ir al instituto, nos pedían insistentemente poder echar una mano. Organizamos con ellos un voluntariado para visitar, preparar y compartir un arroz caldo con los más afectados.

Hoy sigue siendo verdad eso que dijo José Rizal, héroe nacional, «Ang mga kabataan ay ang pagasa ng Bayan» («Los jóvenes son la esperanza de este país»). Démosles una oportunidad.