Pobreza y familia - Alfa y Omega

El camino hacia un justo bienestar no ignora que el verdadero desarrollo engloba los aspectos económico, social, cultural y espiritual. Una mentalidad individualista, competitiva y hedonista ha de encontrar en los creyentes en Cristo la solidaridad, la misericordia, la defensa integral de la persona humana desde el compromiso de la fe, que proyecta su luz sobre los bienes de este mundo y sobre las actitudes profundas del corazón humano. La fe en Cristo, que también enseña que Él ha querido identificarse con el pobre necesitado, lleva a los cristianos al compromiso en la solidaridad con los pobres. Nuestra atención social, que anhela que las personas vivan dignamente, no está separada de nuestra atención espiritual, dimensión en la cual la pobreza destaca como uno de los principales valores del Evangelio. La pobreza enseña la referencia a un despojo de todo aquello que intenta tapar la radical necesidad, que no pueden saciar los bienes de este mundo. No miramos la pobreza con ojos de sociólogo, o de una ideología concreta. Tentación permanente como una forma de entender el mesianismo de Cristo. Miramos la pobreza como reflejo de la realidad del hombre, que es radicalmente necesitado y que, consciente de su necesidad, es también capaz de solidarizarse y compartir. Esta virtud, la generosidad, brilla particularmente en la defensa de la vida y de la familia como parte integrante del bien común y de los bienes fundamentales de cada persona. La generosidad se vive en el espacio concreto de la familia. La crisis de fe ha conllevado la crisis del matrimonio y de la familia, e interrumpido su trasmisión a los hijos. Urge señalar la conversión misionera vinculada a estos problemas reales de la vida humana que se han secularizado tan profundamente. A pesar de ello, existe el imborrable dato positivo del deseo de familia que propicia la acogida del Evangelio. La trasmisión de la fe es dimensión intrínseca de la identidad cristiana y le compete a esta Iglesia doméstica. Es nuestro propósito estar junto a las familias en situaciones extremas, estudiar estrategias que ayudan a prevenir estas situaciones, y sostener y reforzar el vínculo matrimonial abierto a la vida conforme al Evangelio de la Familia. La Iglesia les expresa su aprecio, agradecimiento y aliento.

+ Renzo Fratini
De su discurso a la Plenaria de la CEE