Amados hasta la Cruz - Alfa y Omega

Amados hasta la Cruz

Ricardo Benjumea

Si los evangelios «no son sino relatos de la Pasión de Cristo, con un prólogo más o menos largo», habrá que admitir que «no se puede ser realmente cristiano sin sumergirse en esas sagradas horas, bañarse en ellas y dejar que penetren en los pliegues más secretos de la vida. Es preciso meditarlas despacio, llorar con ellas…, hasta llegar a tocar el amor de Dios. Porque ha sido allí, en el Calvario, donde todo el amor de Dios se ha derramado sobre los hombres». Éste es el ejercicio que propone el sacerdote José-Fernando Rey Ballesteros. Cristo en su Pasión (el libro está disponible también en formato digital), es una lectura meditada y orante de estas dramáticas horas, en las que se cruzan la vida de Jesús y la de cada uno de nosotros. Porque «Jesús –dice el autor– sufrió los pecados de los hombres uno a uno… No los sufrió en masa, como no ama Él a los hombres en masa, sino que los sufrió en particular, como singularísimo es su amor por cada hombre».

Rey Ballesteros cuenta que su libro nace de la oración, pero se ve que nace también del confesionario. De haber presenciado muchas conversiones, y de haber sentido grandes decepciones, por la ligereza con la que, a menudo, perdemos la noción del pecado o caemos en «una espiritualidad burguesa», sin cruz. Es necesario tomar conciencia del altísimo precio que se ha pagado por nuestro rescate. Y actuar en consecuencia. A la Pasión de Cristo le falta, como escribe san Pablo, que el pecador ponga lo poco que tiene, su pobre sacrificio, para completar el supremo acto de reparación en la Cruz. «Viniste, Jesús, a padecer por mis culpas, y yo te las dejé padecer solo –escribe el autor al comentar la oración en el Huerto de los Olivos–. Lo he pensado muchas veces: deberíamos caer en la cuenta de que sólo tenemos esta vida para padecer… Los días de nuestra vida mortal están contados, y contadas están las ocasiones para reparar. ¡Oh, Jesús, no permitas que me duerma, no consientas que te deje solo sufriendo mis pecados, nunca más!».

Salpican todo el libro reflexiones y oraciones como éstas, entremezcladas con exégesis bíblica, e incluso pequeños ejercicios de ficción literaria, en los que son añadidos nuevos personajes que aportan una nueva perspectiva para una mejor comprensión de los textos evangélicos. Todo lleva a la conclusión de que Cristo nos primerea, que diría el Papa. Por eso, primero está la piedad, y luego la caridad, afirma Rey Ballesteros, que desconfía de los sacerdotes que piensan que su principal arma es la predicación o el activismo pastoral. Lograrán tal vez que «les hagan un monumento», pero no ganarán «ni un alma para el cielo. El sacerdote, como Cristo, es eficaz cuando calla y se ofrece en el altar con la Hostia que tiene en sus manos, cuando pasa las horas arrodillado ante el sagrario, cuando macera su carne con la penitencia por las culpas de su rebaño, cuando sufre el oprobio de las gentes y perdona…».

Antes de amar, está la experiencia de sentirse amado. Sentirse amado es la experiencia más importante de la infancia. Lo mismo vale decir para la vida cristiana. Lo que hace al cristiano es experimentar, junto a la cruz, «el amor de Cristo, y dejar que ese Amor lo haga feliz».

Cristo en su Pasión
Autor:

José-Fernando Rey Ballesteros

Editorial:

Cobel Ediciones