30 años de Mulieris dignitatem: «Al tratar peor a la mujer, el varón se hace menos digno» - Alfa y Omega

30 años de Mulieris dignitatem: «Al tratar peor a la mujer, el varón se hace menos digno»

Se cumplen 30 años del documento de referencia en la Iglesia a día de hoy sobre la mujer. Juan Pablo II –explica la profesora del CEU Carmen Sánchez Maillo– «defiende una lucha de la mujer por los derechos», pero a la vez «advierte del peligro de una cierta masculinización»

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
Foto: Pixabay

«Si la mujer lucha por igualarse en todo al hombre corre el riesgo de copiar también sus peores características, perdiendo su originalidad propia, lo que Juan Pablo II llamaba genio femenino», dice Carmen Sánchez Maillo, secretaria académica del Instituto de Estudios de la Familia de la universidad CEU San Pablo, que ha participado este sábado en la jornada Reconstruir la feminidad. A los 30 años de Mulieris dignitatem, en la madrileña parroquia del Cristo de la Victoria.

Sánchez Maillo utiliza el término masculinización, con el que ya alertaba en su documento el Papa polaco: «Juan Pablo II defiende una lucha de la mujer por sus derechos y por el reconocimiento de su dignidad, pero advierte del peligro de una cierta masculinización, igualarse en todo arriesgándose a perder su originalidad propia».

Se trata de un fenómeno que «podría repetirse hoy en día, cuando la mujer imita un comportamiento sexual o una actitud en el entorno laboral o social de tipo más agresivo e impositivo», propio de las peores manifestaciones de la masculinidad.

El término medio está en que «hombre y mujer somos iguales en dignidad y vocación, somos queridos por nosotros mismos, tal como somos, aunque tengamos características distintas. Por eso no es bueno caer en la dialéctica de la confrontación. Nos necesitamos el uno al otro. Debemos respetar la identidad del otro, no entrar en lucha sino crecer en unidad, en compenetración, en entrega mutua…».

La carta de Juan Pablo II sobre la mujer «sigue siendo actual» 30 años después, en medio de la actual lucha de sexos, «y más con la ideología de género, que elimina la diferencia entre varón y mujer, o el feminismo radicalizado, con el que se trata de imitar al varón en todo».

Al contrario, la mujer «ha de ser ella misma, porque tiene una riqueza esencial propia, una originalidad solo suya», que se expresa sobre todo «en la maternidad, una extraordinaria peculiaridad femenina con la que la mujer alcanza su plenitud, y que puede ser espiritual o biológica».

¿Qué responsabilidad tienen los hombres en la situación de la mujer? «En Mulieris dignitatem, Juan Pablo II reconoce que la mujer ha estado relegada y ha estado en desventaja, y también denuncia que, al tratar peor a la mujer, el varón se hace menos digno, se daña y se desfigura a sí mismo. Porque los dos estamos hechos para la comunión, no para luchar ni para hacernos daño».