Concepción Jerónima - Alfa y Omega

Concepción Jerónima

Joaquín Martín Abad
Cenotafios de doña Beatriz Galindo La Latina ,y Francisco Ramírez El Arillero, actualmente en el Monasterio de El Goloso. Foto: conocemadrid.blogspot.com

Beatriz Galindo decidió en 1509 fundar otro monasterio, el de la Concepción Jerónima, una vez que la Rota romana iba a fallar que el monasterio del camino de Toledo, en Madrid, fuera para las concepcionistas franciscanas; y para eso cedió una propiedad de su marido, Francisco Ramírez, en el mismo camino junto a la esquina de la calle que se sigue llamando de La Concepción Jerónima.

La iglesia –construida posteriormente– era de planta de cruz latina con bóvedas góticas en la nave y en el crucero; a cada lado del retablo estaban los sepulcros de Beatriz Galindo y de su marido; él fue sepultado en lugar desconocido del templo y nunca pudo ser encontrado, el cuerpo de Beatriz fue inhumado en un sitio concreto bajo el coro.

A finales del siglo XIX monasterio e iglesia fueron expropiados para abrir la calle del Duque de Rivas y las monjas tuvieron que trasladarse en 1890 a la calle –entonces– Alberto Lista, 29, donde actualmente está el edificio Beatriz.

En 1967 otro traslado las llevó a El Goloso, monasterio de nueva construcción en terrenos del duque del Infantado heredados por su hija, sor Cristina de Arteaga, monja de la comunidad. Como venía resultando enorme, las monjas se vieron obligadas a venderlo en 2001 para destinarlo a residencia de ancianos y, en 2004, se trasladaron a otro monasterio de nueva planta en el mismo recinto, pero más reducido.

Los restos de La Latina han hecho la misma peregrinación que las jerónimas y están en la cripta del coro de su iglesia, respetando la voluntad de su fundadora. También trasladaron a ella dos cenotafios del matrimonio Ramírez-Galindo (similares a los del Museo de San Isidro, de la primitiva iglesia de la Concepción Francisca).

Un párroco de El Pardo, el siervo de Dios Cipriano Martínez Gil, orientó la vocación jerónima de la sierva de Dios María Cristina de la Cruz de Arteaga (1902-84) cuando era capellán de las clarisas de San Pascual; fue fusilado el 18 de agosto de 1936 por unas milicias de Madrid y murió perdonando a sus asesinos. Sor Cristina, con el coadjutor de El Pardo, recuperó su cuerpo, que está en la cripta del monasterio de las jerónimas. Cipriano encabeza el grupo –con 55 compañeros– en la fase diocesana del proceso de canonización por martirio, que se concluirá el próximo 1 de diciembre.