La oposición siria presenta un proyecto de transición avalado por Sant’Egidio - Alfa y Omega

La oposición siria presenta un proyecto de transición avalado por Sant’Egidio

15 representantes de la oposición moderada y de las minorías étnicas y religiosas sirias han presentado en Roma una hoja de ruta que incluye una reforma constitucional y la desmovilización de todas las fuerzas armadas presentes en el país

María Martínez López
Foto: Comunidad de Sant’Egidio

La oposición moderada en Siria ha alcanzado un acuerdo para pedir una transición democrática y «garantizar una salida acordada a la guerra». En un proceso facilitado por la Comunidad de Sant’Egidio, 15 delegados de las principales fuerzas opositoras y de las minorías étnicas y religiosas han elaborado en Roma una hoja de ruta que enlaza con la «solución política» acordada el sábado por Turquía, Rusia, Francia y Alemania en la cumbre de Estambul. El proyecto se ha presentado este lunes en la sede de Sant’Egidio en Roma, con la presencia de Randa Kassis, presidente de la Plataforma de Astana, y Nawaf Alsheikh Fares, opositor y exgobernante de Idlib.

Si las cuatro grandes potencias centraron sus propuestas en garantizar el alto el fuego precisamente en esta provincia, en contribuir al regreso de los refugiados y en la puesta en marcha de un Comité Constitucional, los grupos opositores han desarrollado y dado contenido sobre todo a esta última propuesta. Piden que, desde su puesta en marcha, este organismo elabore una reforma constitucional que deberá aprobarse por referéndum.

Exigen también un programa de acuartelamiento para todas las fuerzas armadas presentes en el país destinado a desarmar, disolver y expulsar a las milicias extranjeras y extremistas. Ambos procesos, así como el respeto a la libertad de expresión, de prensa y de manifestación, deberán estar garantizados por la comunidad internacional.

Otra reivindicación de los opositores moderados es la abolición de todas las leyes destinadas a impedir y obstaculizar la labor de la oposición.

Décadas de mediación internacional

Kassis denunció que «el pueblo sirio sufre desde hace demasiado tiempo la miseria, la crisis económica y la guerra», al tiempo que agradeció el papel de la Comunidad de Sant’Egidio, convertida en una «sede de paz».

Durante su medio siglos de existencia, Sant’Egidio ha acumulado una amplia experiencia como mediador internacional en diversos conflictos. A finales de los años 70, empezó a establecer contactos con el Gobierno y las guerrillas implicadas en la guerra de Mozambique; un proceso que en 1992 llevó a una paz que se mantiene hasta hoy. Luego siguieron Burundi, Argelia, Liberia, la República Centroafricana…

Pasos para la transición

En las cinco páginas que resumen las reivindicaciones de la oposición moderada, se pide que cada grupo étnico, religioso, cultural y político esté «implicado en el futuro del país». Un país que definen como «un estado civil y democrático de naturaleza multiétnica, multirreligiosa y multiconfesional, y donde la ciudadanía se basa en la igualdad, justicia e imperio de la ley para todos los sirios». Unas palabras que coinciden con la posición de la Iglesia en Oriente Medio, cuyos líderes reivindican desde hace años el ser tratados como ciudadanos de pleno derecho y no como minorías protegidas.

El Comité Constitucional –prosigue el texto– debe reflejar la pluralidad del país, con representantes de los dos bandos y un presidente de consenso nacional e internacional. Deberá tener, además, como un pilar del nuevo sistema político, «los principios de separación, equilibrio y cooperación» entre el poder legislativo, ejecutivo y judicial.

La oposición pide que, como primer paso se apliquen el derecho internacional y todas las resoluciones de la ONU relativas a Siria. Entre ellas, la liberación de los presos políticos y de conciencia, una amnistía que cubra todo lo ocurrido desde febrero de 2011, medidas para combatir el terrorismo, así como para la reconstrucción y el retorno voluntario y seguro de los refugiados y desplazados.

Además de la reforma constitucional, se pide que el Comité elabore una ley de partidos y una ley electoral para garantizar que la vida política no quede paralizada entre la aprobación de la nueva Constitución y su implementación. Una vez concluyan estos trabajos, todas las partes deberían formar por consenso un Gobierno de transición que organice nuevas elecciones generales y presidenciales, con supervisión de la ONU. El primer Gobierno que salga de ellas sería el responsable de iniciar la implementación de las reformas.

Sin prejuicio de la reforma constitucional que salga de este proceso, los líderes opositores defienden como sistema de Gobierno más adecuado al país una república semiparlamentaria, con una o dos cámaras, y semipresidencial, con presidente y primer ministro.