Víctimas de tráfico: «Actitudes y malos hábitos hacia el prójimo hacen perder el don de la vida»

«Hoy hemos rezado en el salmo: Protégeme Dios mío que me refugio en Ti. Creo que viene muy bien para el día de hoy, cuando celebramos la jornada mundial en memoria de las víctimas por accidentes de tráfico», dijo el cardenal Osoro el domingo durante la Eucaristía en sufragio por las víctimas de accidentes de carretera, celebrada en la basílica de la Concepción de Nuestra Señora, en Madrid, con motivo la jornada mundial en la que se recuerda a las personas que han perdido la vida o la salud por esta causa.

«Así es –continuó el cardenal arzobispo de Madrid–, no podemos por menos que acompañar, que velar, que acoger a esas personas que hoy recuerdan a sus seres queridos, a esas personas creadas a imagen y semejanza de Dios», aunque en ocasiones «ese ser único que Dios ha amado por sí mismo, por las acciones, por las actitudes y malos hábitos demostrados hacia el prójimo, han dado como resultado el que hayan perdido el don más preciado que Dios haya creado: el don de la vida».

Sin embargo, «ante este dolor hemos de mostrar una mirada de esperanza, una esperanza depositada en Cristo, para que nos siga mostrando el sendero de la vida, porque sabemos que Él siempre nos protegerá y guiará; sabiendo que sus palabras no pasarán, que Él siempre estará con nosotros», dijo el cardenal Osoro.

Por su parte, Bienvenido Nieto, delegado de Pastoral de la Carretera en Madrid, ha explicado en una carta con motivo de esta jornada que «queremos mostrar la cercanía de la Iglesia en tan tristes momentos de dolor».

En ella recuerda asimismo que los accidentes de carretera provocan cada año la muerte de cerca de 1,3 millones de personas, y daños o alguna incapacidad en otros 50 millones. Y constituyen también la principal causa de mortalidad entre los jóvenes de edades comprendidas entre los 15 y los 29 años. En España, en 2017 fallecieron por accidente de tráfico 1.820 personas, y hasta octubre de este año ya hay más de mil muertos por esta causa.

Por todo ello «nos unimos para hacer memoria y en torno a la mesa del Señor, y nos ponemos todos en oración por su eterno descanso».