La tumba franciscana de Isabel La Católica - Alfa y Omega

La tumba franciscana de Isabel La Católica

La Capilla Real de Granada, donde están enterrados los Reyes Católicos, es uno de los epicentros desde donde se promueve la causa de canonización de la reina Isabel. En días como el 26 de noviembre, aniversario de su muerte, el templo redobla sus esfuerzos para divulgar su figura y santidad entre los visitantes

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Monumento a Isabel la Católica y Cristóbal Colón en Granada. Foto: JvL

Gravemente enferma Isabel en el verano de 1504, crearon los Reyes Católicos la Capilla Real en Granada. El nuevo lugar de enterramiento real exigió construir un templo, decorarlo y amueblarlo, y crear una institución con personas, dotación económica, organización y garantías jurídicas suficientes para su vida y permanencia.

Después de quinientos años de vida y, a pesar de los avatares de la historia, juzgamos admirable que la capilla haya llegado a nosotros con los elementos suficientes para mostramos todo un símbolo de la unidad y del origen de la obra descubridora y evangelizadora de España.

La existencia de la capilla en pleno corazón de la ciudad nos habla del lugar que ocupó Granada en la vida y en el corazón de la reina. Granada fue como una hija dada a luz en el dolor. Final deseado y soñado de una empresa secular, cierre feliz de la llorada pérdida de España, hecho histórico contrapuesto a una línea de varios siglos de retrocesos territoriales en el Oriente cristiano, y por ello cantado y celebrado con solemnidad y alegría en toda Europa. Fue la tierra nueva de donde partió la iniciativa descubridora que amplió en lo desconocido los sueños castellanos, y promesa de proyectos africanos al servicio de la evangelización.

Retablo de la Capilla Real de Granada. Foto: Olivier Bruchez

Entramos en el templo. Una abundante y rica decoración renacentista y aun barroca llama nuestra atención. Pero no renunciemos a imaginar el proyecto primitivo: un templo gótico tardío, sencillo, desnudo: sus muros están limpios, la luminosidad clara de la piedra solo se ve habitada por un friso azul cuyas letras góticas doradas nos recuerdan la personalidad de los fundadores y por los escudos pétreos de la monarquía bajo las alas del águila de San Juan y la reiteración del haz de flechas y el yugo que nos hablan de Isabel y Fernando. Ahí quiso Isabel ser enterrada como franciscana, en el suelo, cubierta por una losa…

Pasando a la buena sacristanía dedicada casi exclusivamente a los objetos personales de la reina, se eleva la voz de su mensaje. Dos estandartes reales y dos guiones de caballería nos hablan de la empresa granadina que puso el penúltimo pilar en el edificio de la unidad nacional asentada en una acción de gobierno representada por la espada del rey, el cetro y la corona de la reina. Son los símbolos de una decisiva obra política: pero también aquí se encuentran detalles de su visión de la unidad conyugal y de gobierno, unidad que se traducirá en la unidad patria. Mientras el guion de Fernando está orlado por la leyenda «Tanto monta», el de Isabel debió llevar la de «Quod Deus coniunxit»…

También la piedad personal: el rosario y el cordón franciscano, los pequeños relicarios de devoción personal. Aquí estuvieron todas las valiosas reliquias que desde el siglo XVII, por voluntad de Felipe IV, están ahora en los barrocos altares relicarios situados en el crucero: recordamos el Lignum Crucis, la reliquia del brazo de san Juan Bautista, el cilicio de san Francisco… La imagen gótica de santa Catalina de Alejandría nos habla de una advocación familiar: Catalina es la abuela, y Catalina es la menor de las hijas, entre otras mujeres de la familia.

La Capilla Real, depositaria de los restos y de tantos recuerdos de la sierva de Dios no puede ser ajena a su causa de beatificación. El objeto central de las celebraciones litúrgicas y no litúrgicas con ocasión de los aniversarios de las fechas claves de su vida y muerte es la presentación de la dimensión religiosa de su vida. Invitamos a la oración por el feliz final de esta causa, tratamos de difundir su figura y santidad entre los visitantes y acogemos con la mayor atención a las diversas asociaciones que acuden a la capilla para encontrarse con sus restos y sus recuerdos.

Manuel Reyes Ruiz
Capellán Mayor del Cabildo de la Capilla Real de Granada
[Fragmento de El testamento de la reina, clave de interpretación de la Capilla Real, una conferencia del autor en la Capilla Real de Granada el pasado 26 de noviembre]