Una nota de razón en los debates migratorios - Alfa y Omega

Una nota de razón en los debates migratorios

Los migrantes no son los culpables de las transformaciones radicales que sacuden hoy el planeta, sino sus víctimas más desprotegidas

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Foto: CNS

165 países han aprobado en Marrakech el Pacto Mundial para una Migración Segura, Ordenada y Regular, un texto que básicamente constata que las migraciones son una realidad que no puede ignorarse (afecta a 260 millones de personas) y pide a los estados que colaboren para afrontar un fenómeno que requiere soluciones coordinadas. El documento adolece de no pocas lagunas y ambigüedades; en ocasiones aborda las migraciones más como un problema de seguridad nacional para los países ricos que como una cuestión de derechos humanos. Y no es vinculante. Así y todo, comenzando por EE. UU., se ha producido a la contra una reacción visceral en cadena por parte de una serie de gobiernos que han hecho bandera del cierre de fronteras y rechazan como concesión inaceptable cualquier análisis racional sobre el fenómeno migratorio, seguramente porque desnudaría su estrategia de agitar el miedo al extranjero como chivo expiatorio en un tiempo marcado por la incertidumbre al futuro, las desigualdades y cambios vertiginosos en todos los ámbitos.

Desde el primer momento la Santa Sede ha sido una entusiasta promotora de los Pactos Globales sobre Migrantes y Refugiados. ¿Cómo interpretar el bajo perfil en las últimas semanas? La respuesta está en las profundas divisiones en Europa. Austria (que llevó la voz cantante en las negociaciones en nombre de la UE) se ha descolgado a última hora, sumándose a Hungría y Polonia, mientras Italia se lo está pensando y en Bélgica la firma del acuerdo ha hecho saltar por los aires la coalición de gobierno. Con tanta carga emocional en juego, resulta estéril ahondar en la polémica. La Santa Sede ha optado más bien por una estrategia discreta y descentralizada, aprovechando los vínculos creados por los episcopados con gobiernos y organizaciones de la sociedad civil a raíz de la petición del Papa de que hicieran lobby a favor de los pactos. Desde la oferta de colaboración a las autoridades, el objetivo es denunciar vulneraciones de los derechos, e ir construyendo una cultura de la hospitalidad que deshaga los prejuicios de una parte de la población, incapaz de comprender por ahora que los migrantes no son los culpables de las transformaciones radicales que sacuden hoy el planeta, sino sus víctimas más desprotegidas.