Un sueño convertido en pesadilla - Alfa y Omega

Un sueño convertido en pesadilla

Ricardo Ruiz de la Serna
Foto: EFE/Str

A comienzos de este año, exactamente el 1 de enero, se han cumplido 60 años del triunfo de la revolución cubana. Derrocado Fulgencio Batista, Fidel Castro impuso en la isla una tiranía comunista que convirtió el sueño de la liberación en la pesadilla de un régimen totalitario. Había una canción revolucionaria que decía «Cuba, ¡que linda es Cuba! / quien la defiende la quiere más». El ingenio popular la transformó en una crítica feroz de la pobreza en que los comunistas sumieron a los cubanos: «Cuba, ¡qué linda es Cuba! / no la defiendan que aquí no hay ná». A la revolución no le faltaron poetas, cantautores ni escritores que la celebrasen. Generalmente vivían libres en Europa o en América o bien como privilegiados en la Perla de las Antillas.

En esta foto, vemos a los barbudos celebrando la victoria. Carlos Puebla cantaba «y en eso llegó Fidel», pero sería más justo decir, como el libro de Huber Matos, comandante revolucionario y preso de los Castro, que «llegó la noche».

Así, esta imagen nos recuerda el error de confiar en liberaciones que se agotan en la política en lugar de renovar el corazón del ser humano. El gran mito de la Modernidad –la revolución– no hizo a los hombres más libres, pero sí amplió de forma terrorífica las posibilidades y fórmulas para su esclavitud. Así, hicieron buena la advertencia de Samuel cuando Israel pidió un rey como tenían los otros pueblos: «Tomará vuestros hijos y los destinará a sus carros y a sus caballos y tendrán que correr delante de su carro. Los empleará como jefes de mil y jefes de cincuenta; les hará labrar sus campos, segar su cosecha, fabricar sus armas de guerra y los arreos de sus carros. Tomará vuestras hijas para perfumistas, cocineras y panaderas. Tomará vuestros campos, vuestras viñas y vuestros mejores olivares y se los dará a sus servidores. Tomará el diezmo de vuestros cultivos y vuestras viñas para dárselo a sus eunucos y a sus servidores. Tomará vuestros criados y criadas, y vuestros mejores bueyes y asnos y les hará trabajar para él. Sacará el diezmo de vuestros rebaños y vosotros mismos seréis sus esclavos. Ese día os lamentaréis a causa del rey que os habéis elegido, pero entonces Yahveh no os responderá». Eso hacen los que pretenden liberar al ser humano con medios humanos, demasiado humanos. Eso hacen los que pretenden liberar al hombre sacrificando la humanidad en el empeño. Eso hacen quienes olvidan que en cada rostro dejó el Creador una huella de su imagen.

Por eso, esta imagen sugiere también el peligro de una pretendida libertad cuyo camino necesita de comisarios políticos, campos de trabajo e ingeniería social. Bajo las sonrisas, puede esconderse una ideología que sólo deja tras de sí dolor, sufrimiento y llanto.

Conviene no olvidarlo en 2019.