Julián Melero: un sacerdote cabal - Alfa y Omega

Julián Melero: un sacerdote cabal

Manuel María Bru Alonso
Foto: adelantelafe.com

A sus 88 años de edad nos ha dejado un gran sacerdote, Julián Melero, que durante 22 años fue párroco de San Bruno y durante 15 de San Jerónimo el Real, después de haber sido de joven párroco en Valdemorillo, en Manzanares el Real, el Boalo y Santa Eugenia, así como formador del Seminario de Madrid y profesor de instituto. Un joven de San Jerónimo ha dicho al conocer su fallecimiento que en sus predicaciones disipaba todas las dudas que tenía. El buen profesor, que tanto se esforzó por enseñar religión a adolescentes y jóvenes, lo siguió siendo siempre.

Cuatro características suyas llamaban poderosamente la atención: su fidelidad a la Iglesia (vivió la compleja restauración de los Jerónimos como una prueba de paciencia y abnegación que pocos conocen), su piedad (cuando alguien le buscaba no era difícil saber donde estaba: rezando ante Jesús Eucaristía. Allí el tiempo no pasaba para él), su amor a los pobres (abrió las puertas de Los Jerónimos a los toxicómanos anónimos, y algunos de ellos que quisieron hablar con él no sólo encontraron apoyo y ayuda, sino que acogieron su invitación a participar en algún Cursillo de Cristiandad, y pudieron vivir una «sanación integral». En Cáritas animó un equipo parroquial que trabajó en colaboración con las parroquias de Vicálvaro, y él mismo todas las semanas hacía la compra de los productos perecederos para las ayudas alimenticias, además de instaurar un domingo al mes la colecta para Cáritas); y su firmeza (ante la verdad y el bien evidentes, no cedía le costase lo que le costase. Algunos en esto lo comparaban con su hermano, famoso arbitro de futbol que se jugo su futuro profesional por expulsar, resistiendo a las presiones, a un futbolista intocable).

Pero sin duda –como ha dicho monseñor Jesús Vidal en sus exequias–3 han sido estos últimos años, de deterioro mental y físico, cuando culminó su entrega, como el grano de trigo que sólo si cae en tierra y muere es capaz de dar fruto. Descansé en paz.