«Vuestras cartas han sido una inmensa alegría» - Alfa y Omega

«Vuestras cartas han sido una inmensa alegría»

Los chicos de los centros de Don Bosco Fambul en Sierra Leona han recibido las cartas de Navidad enviadas por niños españoles a través del Pequealfa. Con estas tarjetas los salesianos han felicitado también la Navidad a niños que viven en la calle

María Martínez López
Aminata, una chica rescatada de la prostitución por Don Bosco Fambul y protagonista del documental Love, con Jorge Crisafulli. Foto: Alberto López/Misiones Salesianas

Los niños rescatados de la calle y la prostitución a los que atienden los salesianos en Freetown (Sierra Leona) nunca habían visto una felicitación de Navidad… hasta que la semana pasada llegaron las que les enviaron 900 niños de toda España en la campaña navideña del Pequealfa. «Para ellos fue una inmensa alegría además de una sorpresa, porque no les habíamos dicho nada», cuenta Jorge Crisafulli, responsable del proyecto.

Todos los chicos de los tres hogares de Don Bosco Fambul se reunieron en la sede de esta organización de los salesianos. Había unas 40 adolescentes rescatadas de la prostitución y 35 niñas algo más pequeñas del Refugio de Chicas. «Han sufrido abusos sexuales, malos tratos, las han obligado a trabajar o a casarse. Algunas perdieron a sus padres hace cuatro años durante una epidemia de una enfermedad mortal llamada ébola, y también había una a la que intentaron secuestrar y llevar a Guinea Conakry». Chicos había menos, solo 15. Pero por un buen motivo: en las últimas semanas, unos 40 del Centro de Cuidado a Niños han vuelto con sus familias y han podido pasar la Navidad con ellos.

Los chicos del Centro de Cuidado a Niños durante el reparto de las cartas. Foto: Manuel Ceballos

Las cartas llegaron hasta allí en la maleta de Montserrat y Manuel. Su hijo, Alberto, y la novia de este, Mar, están trabajando este año como profesores voluntarios en el colegio de los salesianos en Lungui, un pueblo cercano; y los padres viajaron para pasar la Navidad con ellos. «Al principio las chicas estaban más cortadas –cuenta el joven profesor–. Los chicos no, son más brutos. Pero a medida que iban viendo las cartas les iba gustando más. Estuvimos un rato leyéndolas con ellos, y explicándoles cosas».

En realidad, como los niños de España mandaron tantas tarjetas, cada chico recibió varias: algunas con más dibujos, otras con más texto. Las más largas se entregaron a las chicas mayores, que ya saben leer bien en inglés. Aun así, sobraron bastantes. Pero no se va a perder ninguna: «A lo largo de este mes, vamos a repartirlas cuando vayamos a ver con nuestro autobús a los niños y niñas que todavía viven en la calle –cuenta Jorge–. Y otras se las vamos a dar a los muchos niños que viven en Angola Town, la zona donde está Don Bosco Fambul. Este barrio se quemó hace un tiempo, y ahora estamos reconstruyéndolo».

Las cartas «han tocado muchísimo a estos chicos –explica Crisafulli–. Ni su misma familia se preocupa por ellos, así que ver que unos chicos piensan en ellos, rezan por ellos y quieren expresarles su cariño tiene mucho valor». Una cosa que les llamaba mucho la atención es que algunas cartas las habían escrito niños bastante pequeños, de 6 y 7 años.

Las niñas y adolescentes posan con sus felicitaciones. Foto: Manuel Ceballos

«¿Cómo son los niños allí?»

Además de mostrar tanta alegría, los chicos no paraban de hacer preguntas. «Querían saber si España es un país o una ciudad, cómo es la vida de los niños allá, qué comen, si en España hace calor, si llueve…». Algunas eran muy parecidas a las que hacían los niños españoles. Otras se basaban en su experiencia. Preguntaban por ejemplo si los niños que les escribían tienen papá y mamá o son como ellos, si van al colegio, si hay libros, y cuántos lápices y cuadernos tienen. «Son preguntas que parecen muy tontas pero no lo son», porque ellos tienen solo un lápiz y un par de cuadernos cada uno.

Las chicas que han salido de la prostitución, además, preguntaban al misionero si en España hay niñas como ellas, obligadas a prostituirse para poder ir a la escuela. «Yo aproveché para explicarles que sí, que también en España se prostituyen chicas muy jóvenes, porque las trajeron engañadas de otros países y las fuerzan. Por eso aproveché para explicarles que deben tener mucho cuidado si alguien les propone viajar a otro país, porque esas personas pueden querer explotarlas y que terminen haciendo en algún país de Europa lo mismo que aquí».

Foto: Jorge Crisafulli

Jorge también utilizó esta oportunidad para educar a los chicos más pequeños, que querían venir a España. «Les dije que su futuro está aquí, formándose para tener un trabajo y conseguir que Sierra Leona se levante y mejore». Por eso les pregunta siempre cuáles son sus sueños. Y los niños, fijándose en las personas que hay a su alrededor y les ayudan, suelen decir que quieren ser médicos, maestros, abogados… A los salesianos les alegra mucho escuchar estas ideas, porque también intentan enseñar a los niños que, igual que ellos están recibiendo apoyo para tener un futuro mejor, «cuando terminen la escuela y se vayan de aquí deben tratar de ayudar siempre a los demás».

Comida de fiesta: arroz y pollo

El día que los chicos de Don Bosco Fambul recibieron las cartas enviadas desde España fue uno de los más bonitos de la Navidad para ellos. Los salesianos y trabajadores intentan que estas fiestas sean especiales, pues ya han pasado por demasiadas dificultades en su vida. Además de la Misa del Gallo y de Navidad, han tenido un campeonato de fútbol y otro de balonmano, con equipos de los distintos centros y también del barrio vecino; un concurso de baile, y otro para elegir a Mr. y Miss Don Bosco. «El día de Navidad y de Año Nuevo tuvimos comida de fiesta: arroz y un lindo trozo de pollo –cuenta Jorge Crisafulli–, refrescos y tarta. Y el día de la entrega de las cartas, también hubo algo especial: arroz con pescado». Además de las cartas, a los niños les ha traído regalos Papa Noel: unas bolsitas con un lápiz, un cuaderno, algo de jabón y un chupachups. Puede parecer «un regalo de risa, pero estos chicos lo aprecian muchísimo. Y lo más importante es que se dan cuenta de que, aunque no puedan estar con sus padres, aquí tienen una familia formada por los lazos de la fe y del cariño, que es Don Bosco Fambul».

«Queridos niños de España»

La ilusión de los chicos de Don Bosco Fambul por recibir las felicitaciones fue tan grande que «nada más leerlas algunos chicos me pedían lápiz y papel para responder en seguida», cuenta el salesiano Jorge Crisafulli. Al día siguiente, ya teníamos algunos de sus mensajes. Todo el grupo del Refugio de Chicas, por ejemplo, mandó un texto en el que daban las gracias a «nuestros maravillosos amigos que dedicaron un tiempo precioso a escribirnos unas felicitaciones de Navidad tan bonitas. Todo lo que hemos recibido es impresionante. Que Dios os bendiga». Una de ellas, Kadija, escribió a Alfonso, el chico cuya tarjeta le habían dado: «Espero que Dios cuide de ti y de tu familia y te ayude a cumplir todos tus sueños. Que este año esté lleno de bendiciones y tengas una larga vida, y que Él te siga bendiciendo y guiando». «Siempre os recordaremos por un regalo tan estupendo. Por favor, no os olvidéis de nosotras», le pide además Margaret a María.