Una capilla diseñada por el obispo - Alfa y Omega

Una capilla diseñada por el obispo

Antonio Gómez Cantero recuperó una sala del Obispado donde se amontonaban trastos y esbozó un sencillo y bello proyecto de espacio de oración. Hoy ya es una realidad

Iglesia en Aragón
Vista general de la capilla. Se pude contemplar el altar realizado con celosías, el sagrario y el cuadro de la Virgen. Foto: Diócesis de Teruel y Albarracín

Una idea le iba dando vueltas en la cabeza a Antonio Gómez Cantero, obispo de Teruel y Albarracín. A esa sala al fondo del pasillo de oficinas, donde se amontonan trastos, había que darle un buen uso. Cada vez que se disponía a coger su coche pasaba por delante de la puerta. En el verano tomó la decisión de que había que hacer algo. Reflexionando sobre el lema plan pastoral –Somos una comunidad orante– se decidió a crear un lugar de oración, un espacio abierto para quién necesite orar.

Una capilla, un sencillo punto de encuentro, una estancia en la que poder orar en tranquilidad, un espacio bello y minimalista para poder encontrarte con Dios… Con esas ideas, Antonio Gómez Cantero diseñó la estancia. Sobre la columna de la sala, dibujó a lápiz un primer esbozo, y casi definitivo, de cómo sería la capilla.

El fondo de la capilla. Foto: Diócesis de Teruel y Albarracín

De líneas simples la capilla tiene una pared con ábside, y en el ábside un Cristo románico, una copia del arte románico aragonés. Al Cristo lo flanquea a la derecha un cuadro de la Virgen con el Niño, que es copia de una obra que apareció tras una pared en el ermita del Quo Vadis en la Vía Apia romana. A la izquierda, un sagrario del siglo XVIII que perteneció a las religiosas capuchinas de Gea de Albarracín (Teruel). Es el mismo que ponían todos los años en el monumento del Jueves Santo. Delante destaca el altar, realizado con celosías –quizá tengan más de 100 años– de un coro de las clarisas de Báguena (Teruel). Fue el propio obispo el que hizo el altar con la idea de que «no pese mucho en el espacio», sino que sea un altar leve, liviano donde se pueda colocar la Palabra de Dios y celebrar la Eucaristía.

Al fondo de la capilla, un banco alargado, corredero, para que los fieles puedan admirar la capilla desde allí. Encima del banco un gran Cristo, un cuadro del siglo XVII, donde encontramos a Cristo yacente, un hermoso cuadro en el que mirando al Señor uno se enternece. «Los colores, las telas, todo está pensado para que uno pueda estar en paz y orar en profundidad», afirma Gómez.

Bendición

En los días previos a la Navidad tuvo lugar el acto de bendición de la capilla. Se comenzó con una lectura dramatizada del cuento de Antonio García Barbeito El día que Jesús no quería nacer, una obra navideña interpretada por un grupo amplio de fieles y amigos miembros de la comunidad diocesana de Teruel.

Tras la lectura, el obispo Gómez Cantero explicó la idea que tuvo de crear este espacio de oración, precisamente en este año en el que destacamos que «somos comunidad orante», y cómo diseñó la estancia al final del pasillo de oficinas para crear la capilla. Agradeció también a todos los colaboradores que le ayudaron en el proyecto: Luis, Pilar, Fran y Rubén, y también Belén, carpinteros, escayolistas…

Cristo románico, copia del arte románico aragonés. Foto: Diócesis de Teruel y Albarracín

En oración y en silencio se visitó la bella capilla. Una bonita iniciativa del obispo de Teruel y Albarracín que proporciona un espacio confortable para la oración a todos aquellos que se acerquen al Obispado.

José A. Lázaro / Iglesia en Aragón