La Iglesia recomienda castigar a los clientes de prostitución para combatir la trata - Alfa y Omega

La Iglesia recomienda castigar a los clientes de prostitución para combatir la trata

Acabar con la prostitución forzada centrándose en la demanda más que en la oferta, y dar facilidades a las víctimas de trata para acusar a sus explotadores y acceder a papeles y una forma de ganarse la vida en el país donde son rescatadas son algunas de las propuestas de la Santa Sede en las Orientaciones pastorales sobre la trata de personas presentadas este jueves

Redacción
Foto: Juan Flores

La Iglesia Católica ha alertado de que las políticas restrictivas en la acogida de inmigrantes favorecen la trata de personas. Así lo pone de manifiesto el volumen Orientaciones pastorales sobre la trata de personas, un documento elaborado tras un proceso de consultas con todas las conferencias episcopales, organizaciones católicas y congregaciones religiosas del mundo.

El documento, redactado por la Sección de Migrantes y Refugiados del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral del Vaticano y presentado este jueves 17 de enero, subraya que «la frontera entre el tráfico de migrantes y el tráfico de personas se está volviendo cada vez más sutil».

«En los últimos años, dentro del fenómeno de los flujos masivos y mixtos de inmigrantes y refugiados, muchas personas desesperadas han comenzado su aventura contratando personas que habrían favorecido su migración, incluso irregular, y luego se han visto convertidas en víctimas de trata, forzadas por la falta de alternativas legales y también por las políticas de inmigración cada vez más restrictivas», explica.

Asimismo, pone de manifiesto que «cuando los programas humanitarios no logran hacer frente a la cantidad de personas que buscan protección y reubicación», no solo se reduce la asistencia humanitaria internacional y el desarrollo, sino que en primer lugar «se fomenta la inmigración irregular» y en segundo lugar «los traficantes se convierten en expertos que se benefician de esta insuficiencia».

Medidas contra la trata y explotación

Con todo, la migración no es el aspecto más importante ni el central del texto, dedicado sobre todo a formas de trata relacionadas con la explotación sexual, laboral, trabajo forzado e incluso extracción de órganos. El documento recopila una serie de orientaciones pastorales con el fin de comprender, reconocer, prevenir y erradicar esta lacra, proteger a las víctimas y promover la rehabilitación de los supervivientes.

Por ejemplo, los autores sugieren que se persiga y castigue a los clientes de prostitución. Y, además, que se «anime —pero no empuje— a las supervivientes a participar en la acusación a sus explotadores» y cuando acepten se les ofrezca protección y se permita que «abogados, grupos de la sociedad civil y entidades religiosas» les apoyen.

Los países donde una víctima de trata es liberada deben, por otro lado, «concederle un permiso de residencia, asistencia psicológica especializada y una forma alternativa de ganarse la vida» antes de plantear una repatriación a su país de origen. Esta medida, en todo caso, «nunca debería ser obligatoria».

Formación y cooperación

El documento incide en varios puntos en la necesidad de una buena formación e información: tanto de las comunidades de origen, tránsito y destino de la trata, como de las fuerzas del orden y el poder judicial de los distintos países. También se pide intensificar la «cooperación y coordinación entre instituciones nacionales e internacionales», y también la implicación de entidades católicas, ya significativa pero que se puede mejorar.

Es especialmente importante —se añade— la educación de la juventud «para que acepten una vida sexual responsable dentro del contexto de un matrimonio fiel y que dure toda la vida; para que tengan un respeto ético por los demás, utilicen internet con prudencia y discernimiento y se informen sobre el origen y la fabricación de los bienes que compran».

Otra clave de las Orientaciones es la petición de que se reflexione sobre el papel que el consumismo y una visión distorsionada de la economía de mercado juegan en la trata. «La trata de personas se esconde con frecuencia dentro del laberinto de las cadenas de suministro. Unos mercados crecientemente competitivos instigan a las empresas a recortar los costes laborales y a acceder a las materias primas al precio más bajo posible».

Por ello, «la demanda de bienes baratos basados en el trabajo barato necesita ser abordada de forma rápida y adecuada, tanto aumentando la concienciación pública como a través de la legislación».

Magisterio del Papa sobre migración y trata

En el mismo acto, la Sección Migrantes y Refugiados también ha presentado un libro que recoge las enseñanzas sobre los migrantes, refugiados y la trata del Papa Francisco, que además ha escrito el prefacio de la obra. En él, el Pontífice defiende el enriquecimiento que provocan los migrantes en las sociedades receptores, aunque reconoce que sus movimientos están repletos de desafíos y sufrimientos.

«Actualmente los movimientos humanos, aunque generando desafíos y sufrimientos, están enriqueciendo nuestras comunidades, las Iglesias locales y las sociedades de cualquier continente», asegura el Santo Padre, al mismo tiempo que deja claro que «el viaje de los migrantes no es siempre una experiencia feliz. Basta pensar a los terribles viajes de las víctimas de la trata».

Francisco concluye con el deseo de que que esta recopilación de sus escritos y reflexiones «pueda iluminar a nuestros países sobre el camino de la esperanza, dando apuntes de inspiración para la oración, la predicación y la acción pastoral».