Los ayudantes del profesor - Alfa y Omega

Una cosa que en los últimos años vengo experimentando es que el profesor de Religión no es el único, digamos, docente de la asignatura. En ocasiones se invita a personas de fuera, expertos en un tema en concreto, ONG o personas que nos ofrecen su experiencia y testimonios… Ya os conté en una ocasión la visita a nuestro instituto de un equipo de Manos Unidas para hablarnos del cambio climático y de cómo está afectando sobre todo a las personas de los países más pobres.

Otras veces se intenta que los propios alumnos preparen los temas y creen sus propias actividades para exponerlas al resto de la clase. Pero sobre todo lo que hoy quiero destacar es la participación de alumnos de cursos superiores.

A veces, se les invita a organizan charlas y exposiciones para los chicos y chicas de cursos inferiores… Se trata de una experiencia que les ayuda a entender y responder a sus dudas, y además de una forma amena con la que todos disfrutan.

Otras veces los alumnos de Bachillerato se convierten en acompañantes de los de los primeros cursos de la ESO. Se encargan de estar pendientes de que traigan su material, el desayuno; de hacer labores de apoyo y animación en salidas y actividades de masa al aire libre, de mediación en conflictos… En muchos momentos son ellos lo que detectan y alertan al profesor si algo no va bien con algún alumno, si ven que se muestra más aislado que el resto, o si por el contrario, su actitud puede provocar alguna alteración en la convivencia del centro e incluso en ocasiones nos han avisado si la integridad de 8 alumno ha corrido peligro.

De esta manera se garantiza que los alumnos sientan el instituto como un lugar seguro, un espacio donde su autoestima se ve reforzada. En algunos casos, las calificaciones mejoran y el absentismo puede disminuir. Contar con esta herramienta tan humana y humanizadora es muy gratificante ya que le da otra dimensión al contenido académico de la materia de Religión. Además de que ambas partes se sienten importantes, apoyadas y acompañadas. Nadie es más que nadie y todos son importantes e imprescindibles cada uno desde lo que es y puede.