II Jornadas Ciencia y fe - Alfa y Omega

En el mundo en que vivimos hay mucha información y, también, mucha desinformación. La tecnología del siglo XXI ha posibilitado que la información fluya de forma sencilla y práctica, lo que conlleva a creer que lo sabemos todo, y resulta que apenas llegamos a un gramo de conocimiento. Mucho más cuando se trata de aspectos científicos y, ni qué decir tiene, si además interviene la fe.

Por este motivo son tan importantes unas jornadas de Ciencia y Fe, que se organicen periódicamente y que sirvan como punto de encuentro para pensar, reflexionar y debatir. La presencia de reconocidos expertos del ámbito científico hablando sobre un tema en particular, da lugar a que se pongan encima de la mesa los últimos descubrimientos y resultados, de forma que todos nosotros podamos estar al tanto de las novedades científicas.

Los cristianos sabemos que la ciencia no está reñida con la fe, y una de las mejores formas de llegar a los demás es por medio de la palabra. San Pablo, en su Primera Carta a los Corintios (1, 5) nos dice: «Pues por medio de Él (Cristo) os ha dado Dios gran riqueza espiritual, tanto de palabra como de conocimiento». Es necesario utilizar la palabra como medio, hay que difundir la ciencia sin miedo.

Tanto san Juan Pablo II, como Benedicto XVI, transmitieron con claridad y eficacia la idea de que la Iglesia no es una especie de gueto espiritual que nada tiene que ver con el desarrollo y los logros científicos del hombre. Estamos ante un proceso lento, pero seguro, de acercamiento entre ciencia y fe. Se necesita una visión renovada del saber y de su ubicación antropológica en el ser humano. Por eso, es sumamente importante el diálogo, la palabra, entre ciencia y fe, que en definitiva no es más que el conocimiento de la verdad. Benedicto XVI hizo de este punto uno de los puntales de su mensaje, el convencimiento de que todo lo que realmente es racional es compatible con la fe revelada por Dios y con las Sagradas Escrituras.

La Fundación cultural Ángel Herrera Oria organizó, el año pasado, las I Jornadas Ciencia y fe, con el subtítulo de La búsqueda de la verdad; este año, se realizan las II Jornadas, con el subtítulo: Pilares del laicismo: análisis crítico desde la ciencia. El laicismo se puede entender como separación entre Estado y confesión religiosa. La existencia de relaciones entre el Estado y cualquier confesión religiosa supone un reconocimiento del hecho religioso como uno de los intereses de los ciudadanos. La doctrina de la Iglesia católica reconoce el sano laicismo, más bien la sana laicidad, del Estado (véase el mensaje de san Juan Pablo II a la Conferencia Episcopal Francesa en el centenario de la ley de separación de la Iglesia y el Estado). En suma, ciencia y fe han de ir de la mano, como se ha visto históricamente en la fe de los científicos de todo el mundo. La verdad se irá abriendo paso en virtud de la fuerza de la misma verdad.

María Carmen Escribano Ródenas