«La pena capital supone una grave vulneración del derecho a la vida que tiene toda persona» - Alfa y Omega

«La pena capital supone una grave vulneración del derecho a la vida que tiene toda persona»

En un vídeomensaje enviado al VII Congreso Mundial contra la Pena de Muerte que se está celebrando en Bruselas, Francisco reivindica «la vida humana» como «un don que hemos recibido, el más importante y primario, fuente de todos los demás dones y de todos los demás derechos. Y como tal necesita ser protegido»

Redacción
Foto: Vatican News

Sin rodeos. Directo a la cuestión. «La vida humana es un don que hemos recibido, el más importante y primario, fuente de todos los demás dones y de todos los demás derechos. Y como tal necesita ser protegido». De esta forma, «la pena capital supone entonces una grave vulneración del derecho a la vida que tiene toda persona». Así se ha expresado el Papa en un vídeomensaje enviado al VII Congreso Mundial contra la Pena de Muerte que se está celebrando en Bruselas hasta el 1 de marzo.

Por otro lado, el ser humano «ha sido creado a imagen y semejanza de Dios» y, por lo tanto, «cada vida es un bien y su dignidad debe ser custodiada sin excepciones», apunta Francisco en el vídeo al mismo tiempo que reconoce que «las sociedades y comunidades humanas han de enfrentarse con frecuencia a delitos gravísimos que atentan contra el bien común y la seguridad de las personas». Sin embargo, «no es menos cierto que hoy en día hay otros medios para expiar el daño causado, y los sistemas de detención son cada vez más eficaces para proteger a la sociedad del mal que pueden ocasionar algunas personas».

Además, «no se puede abandonar nunca la convicción de ofrecer incluso al culpable de crímenes la posibilidad de arrepentirse», pide el Pontífice. En este sentido, «no deja de ser un signo positivo que cada vez haya más países que apuestan por la vida y no utilizan más la pena de muerte, o la han eliminado completamente de su legislación penal».

Modificación del Catecismo

En esta categoría se encuentra el Vaticano, que hace relativamente poco, por orden del Santo Padre, modificó el catecismo de la Iglesia Católica en este punto. «Por mucho tiempo se tuvo en cuenta la pena de muerte como una respuesta adecuada a la gravedad de algunos delitos y también para tutelar el bien común». Sin embargo, «la dignidad de la persona no se pierde aun cuando haya cometido el peor de los crímenes».

Para el Papa, este cambio de parecer se debe a que la «visión sobre la pena de muerte» de la Iglesia, que «siempre ha defendido la vida», «ha madurado». «A nadie se le puede quitar la vida y privarlo de la oportunidad de poder abrazar de nuevo la comunidad a la que hirió e hizo sufrir».

«Valiente afirmación del principio de dignidad»

Al final del mensaje, y antes de pedir a los gobernantes la «abolición total de la pena de muerte», Francisco explica que «el objetivo de la abolición de la pena de muerte a nivel mundial representa una valiente afirmación del principio de la dignidad de la persona humana y de la convicción de que el género humano pueda afrontar el crimen, como también rechazar el mal, ofreciendo al condenado la posibilidad y el tiempo para reparar el daño cometido, pensar sobre su acción y poder así cambiar de vida, al menos interiormente».