«La gran revolución es ir a las raíces» - Alfa y Omega

Henrique Cymerman es el corresponsal en Israel de Antena 3 y el diario La Vanguardia, y uno de los artífices de la invocación de paz celebrada el 8 de junio en el Vaticano con el Presidente de Israel, Simon Peres, y su homólogo palestino, Mahmud Abás. Cymerman, de origen luso-español y religión judía, fue uno de los 70 periodistas que acompañaron al Papa en su viaje a Tierra Santa, donde se ultimaron los detalles del encuentro de oración. Francisco le agradeció esta ayuda concediéndole una extensa entrevista. La Vanguardia publicó el viernes una transcripción casi completa. En la noche del domingo, cerca de dos millones y medio de espectadores vieron la entrevista completa en Cuatro.

Sobre Cataluña: Toda división me preocupa

«¿Le preocupa el conflicto entre Cataluña y España?», le pregunta Cymernan al Papa. «Toda división me preocupa -responde Francisco-. Hay independencia por emancipación y hay independencia por secesión. Las independencias por emancipación, por ejemplo, son las americanas, que se emanciparon de los Estados europeos. Las independencias de pueblos por secesión son un desmembramiento a veces muy obvio. Pensemos en la antigua Yugoslavia. Obviamente, hay pueblos con culturas tan diversas que ni con cola se podían pegar. El caso yugoslavo es muy claro, pero yo me pregunto si es tan claro en otros pueblos que hasta ahora han estado juntos. Hay que estudiar uno por uno. Escocia, la Padania, Cataluña. Habrá casos que serán justos y otros que no serán justos, pero la secesión de una nación sin un antecedente de unidad forzosa hay que tomarla con muchas pinzas y analizar todos los aspectos».

Las reformas en la Iglesia

«Algunos dicen de usted que es un revolucionario», plantea el periodista. Responde el Papa: «Para mí, la gran revolución es ir a las raíces y ver lo que tienen que decir hoy. No hay contradicción entre ser revolucionario e ir a las raíces. Creo que la manera para hacer verdaderos cambios es [desde] la identidad. Nunca se puede dar un paso en la vida si no es desde atrás, sin saber de dónde vengo o qué apellido cultural o religioso tengo».

Sale a relucir la aversión del Papa a los protocolos de seguridad. En Brasil, se negó a moverse en un papamóvil cerrado, porque «yo no puedo saludar a un pueblo y decirle que lo quiero dentro de una lata de sardinas, aunque sea de cristal. Para mí eso es un muro. Es verdad que algo puede pasarme, pero seamos realistas, a mi edad no tengo mucho que perder».

También reconoce que no le entusiasman los protocolos diplomáticos. Preguntado si «se siente aún como un párroco o asume su papel de cabeza de la Iglesia», responde: «La dimensión de párroco es la que más muestra mi vocación. Servir a la gente me sale de dentro. Apago la luz para no gastar mucha plata, por ejemplo. Son cosas que tiene un párroco. Pero también me siento Papa. Me ayuda a hacer las cosas con seriedad. Mis colaboradores son muy serios y profesionales… No hay que jugar al Papa párroco. Sería inmaduro. Cuando viene un Jefe de Estado, tengo que recibirlo con la dignidad y el protocolo que se merece».

En cuanto a las reformas en la Curia, afirma: «No soy ningún iluminado. No tengo ningún proyecto personal que me traje debajo del brazo, simplemente porque nunca pensé que me iban a dejar acá, en el Vaticano».

«Lo que estoy haciendo es cumplir lo que los cardenales reflexionamos en las Congregaciones Generales, es decir, en las reuniones que, durante el cónclave, manteníamos para discutir los problemas de la Iglesia. De ahí salen reflexiones y recomendaciones. Una muy concreta fue que el próximo Papa debía contar con un consejo exterior, es decir, con un equipo de asesores que no viviera en el Vaticano».

El sistema económico ya no se aguanta

Denuncia el Papa las injusticias del modelo económico mundial: «Está probado que, con la comida que sobra, podríamos alimentar a la gente que tiene hambre».

«En el centro de todo sistema económico debe estar el hombre, y todo lo demás debe estar al servicio de este hombre. Pero nosotros hemos puesto al dinero en el centro. Hemos caído en un pecado de idolatría», dice Francisco, y alude expresamente al paro juvenil en Europa, «que en algunos países supera el 50 %… Es una barbaridad. Pero descartamos a toda una generación por mantener un sistema económico que ya no se aguanta».

Pío XII y los judíos

La Iglesia debe profundizar en «el florecimiento cristiano del judaísmo», ya que uno «no puede ser un verdadero cristiano, si no reconoce su raíz judía», dice el Papa. Preguntado sobre Pío XII, responde: «Al pobre Pío XII le han tirado encima de todo. Pero hay que recordar que antes se lo veía como el gran defensor de los judíos. Escondió a muchos en conventos italianos, y también en Castel Gandolfo. Allí, en la habitación del Papa, en su propia cama, nacieron 42 nenes, hijos de los judíos y otros perseguidos allí refugiados. No quiero decir que Pío XII no haya cometido errores -yo mismo cometo muchos-, pero su papel hay que leerlo según el contexto de la época. ¿Era mejor que no hablara para que no mataran más judíos, o que lo hiciera? A veces me da un poco de urticaria existencial cuando veo que todos se la toman contra la Iglesia y Pío XII, y se olvidan de las grandes potencias. ¿Sabe usted que conocían perfectamente la red ferroviaria de los nazis para llevar a los judíos a los campos de concentración? Tenían las fotos. Pero no bombardearon esas vías de tren. ¿Por qué? Sería bueno que habláramos de todo un poquito».

Haré como Benedicto XVI

El obispo de Roma habla también del «gesto muy grande» de la renuncia de Benedicto XVI, con el que el Papa emérito «ha abierto una puerta, ha creado una institución, la de los eventuales Papas eméritos. Hace 70 años no había obispos eméritos. ¿Hoy, cuántos hay? Como vivimos más tiempo, llegamos a una edad en la que no podemos seguir adelante con las cosas. Yo haré lo mismo que él, pedirle al Señor que me ilumine cuando llegue el momento».

«¿Cómo le gustaría que le recordara la historia?», le pregunta Cymerman. «No lo he pensado, pero me gusta cuando uno recuerda a alguien y dice: Era un buen tipo, hizo lo que pudo, no fue tan malo. Con eso me conformo».