Sin maquillaje - Alfa y Omega

Dentro de las aulas también es importante celebrar. Hace unos días el ritmo de muchos de nuestros colegios e institutos ha sido desenfrenado: telas, tijeras, pegamentos, pespuntes, matasuegras y hasta chirigotas para celebrar un carnaval que, en muchos lugares, es parte de sus raíces y de su cultura.

En ese momento, en el parece que en las puertas de nuestras clases han colocado el cartel de STOP, muchos chicos y chicas van a preguntar para qué y por qué pararnos. No se trata de hacer catequesis, a veces resulta complicado no pasar esa fina línea, sino de aprovechar las celebraciones y los momentos fuertes para hacer una parada entre trimestre y trimestre y tomarnos el pulso; para tomar conciencia de que nuestras vidas también son eso: etapas, momentos en los que se hace necesario pararse y echar la vista atrás para ver lo caminado hasta ahora y de alguna manera poder otear el horizonte e intuir aquello que aún está por llegar.

No se puede obviar que la vida es un camino hecho paso a paso y que cada uno de ellos nos acerca a nuestra propia meta, a ese fin, en palabras de Ignacio de Loyola, para el que hemos sido creados. Y en este tiempo de Cuaresma, a ese gran y definitivo paso de Jesús por la vida de cada uno de nosotros que es la Pascua. Un tiempo en el que aprovechamos para quedarnos tal cual somos, sin máscaras ni maquillajes, sin vestiduras ni pantomimas que ocultan la verdad de lo que en realidad somos.

Por eso, en este tiempo de Cuaresma las clases de Religión católica se pueden convertir en lugares de encuentro y de conocimiento personal y de grupo en los que poder reconocer la propia debilidad y fragilidad y reconciliarnos con nosotros mismos, con nuestras pequeñas o grandes historias; pero también de volverse misericordioso, y entonces los ojos de nuestros alumnos se vuelven cuadrados, que sí, que se trata, de hacernos un poquito más esponjas para que en nuestras vidas, también podamos absorber la de los demás.

40 días y toda una vida por delante que espera de nosotros nuestra mejor y más auténtica versión.