Familias fuertes, sociedad feliz - Alfa y Omega

Familias fuertes, sociedad feliz

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo

El Papa Francisco se ha puesto al frente de los trabajos preparatorios del Sínodo de los Obispos, que se celebrará del 5 al 19 de octubre próximo, para abordar Los desafíos pastorales sobre la familia en el contexto de la evangelización. La semana pasada, el Papa presidió el Consejo Ordinario del Sínodo que elabora, durante estos días, el primer borrador del Instrumentum Laboris sobre el que trabajarán los Padres sinodales. El borrador, que recoge las respuestas que han dado las Iglesias particulares al cuestionario enviado en noviembre, «se ha estudiado a fondo y se han añadido sugerencias surgidas durante el debate», en el que ha intervenido el Santo Padre, según afirma un comunicado de la Santa Sede. Además, se ha presentado «una nueva metodología sinodal que se seguirá durante el desarrollo de la Asamblea General Extraordinaria», lo que sin duda recogerá el deseo del Papa Francisco de dotar de más colegialidad y representatividad a las Iglesias particulares en las decisiones de gobierno de la Iglesia. En la reunión presidida por el Papa, estuvieron presentes el Relator General del Sínodo, cardenal Peter Erdö, y el Secretario Especial, monseñor Bruno Forte, junto a los cardenales André Vingt-Trois, arzobispo de París, y Raymundo Damasceno, arzobispo de Aparecida (Brasil), que participaron como Presidentes delegados para el Sínodo.

Precisamente otro de los Presidentes delegados del Sínodo, el cardenal Tagle, arzobispo de Manila, participó, la semana pasada, en la Conferencia Asiática sobre la Familia, que se celebró en la capital de Filipinas para conmemorar el trigésimo aniversario de la Carta de los Derechos de la Familia. En su Mensaje a este Encuentro -en el que participaron varios miles de religiosos, educadores y fieles laicos-, el Santo Padre recordó que «la familia es la célula de la sociedad», en la que «se aprende a vivir con los demás a pesar de nuestras diferencias».

La Declaración final de la Conferencia asiática señaló graves amenazas que se ciernen hoy sobre la familia, como la contracepción y la mentalidad anticonceptiva, así como la extensión del materialismo, el divorcio, el aborto, o el reconocimiento de las parejas del mismo sexo; y también destacó que, «si la pobreza causa un grave daño a la familia, la riqueza [uno de los fenómenos ligados al despegue económico en algunas zonas de Asia] también destruye a las familias, por el hedonismo y la extravagancia». Por el contrario, «la Iglesia es hoy la mayor protectora de la familia», por lo que es necesario el testimonio de más familias «que acepten a Cristo e imiten su amor». Al final, «debemos elegir entre la vida y la muerte de la familia. Si obedecemos la ley de Dios en nuestros corazones, viviremos», concluye la Declaración.

Motor de desarrollo

También se ha celebrado estos días el vigésimo aniversario del Año Internacional de la Familia, declarado por Naciones Unidas en 1994. Para conmemorarlo, el Presidente del Consejo Pontificio para la Familia, monseñor Vincenzo Paglia, se dirigió a miembros del Departamento de Asuntos Sociales y Económicos del Consejo Social y Económico de la ONU, en Nueva York, para recordar que «la Historia muestra que es la familia la que ha hecho posible lo que llamamos comúnmente desarrollo. En los momentos difíciles, han sido las familias las principales promotoras de la educación, el emprendimiento y la ayuda mutua». También ha recordado que, a lo largo del tiempo, la familia se ha organizado de diferentes maneras, «pero siempre respetando las dimensiones hombre-mujer y padres-hijos», por lo que es necesario alentar esta institución básica como «lugar del misterio de la vida y de la Historia en el que el individuo está protegido y la sociedad está protegida contra la fragmentación».

Monseñor Paglia también ha participado en la presentación del lema del Encuentro Mundial de las Familias Filadelfia 2015: El amor es nuestra misión: La familia plenamente viva. Monseñor Charles Chaput, arzobispo de Filadelfia, explicó así el lema: «De la misma manera que la gloria de los hombres y mujeres es su capacidad de amar como Dios ama, no existe mejor manera de explicar el significado del amor que la familia», explicó.