Reivindicando derechos - Alfa y Omega

Vivir día a día, codo a codo con mujeres supervivientes de la trata de seres humanos con fines de explotación, ver cómo van caminando y reivindicando sus derechos; ser testigo de cómo poco a poco, apoyándose mutuamente, defienden sus derechos, llena de sentido la existencia de Proyecto Esperanza. Convivir con mujeres que tienen sus vidas muy marcadas por las desigualdades, por procesos de exclusión largos, por múltiples violencias machistas, por la precariedad…, nos lleva a alzar con ellas la voz. La casa como lugar de empoderamiento donde como mujeres abordamos la convivencia como un espacio de sororidad; la autoestima, el autocuidado y la salud como un derecho a disfrutar; el género como nuestra forma específica de estar en la sociedad. La interculturalidad como riqueza y apertura. Su búsqueda de empleo como un reto de libertad, de independencia, de desarrollo de sus potencialidades y aporte a la sociedad…

La agenda estas semanas ha estado llena de actividades, carteles por toda la casa que nos invitaban a participar en el Día Mundial de la Mujer, y seguir más allá de marzo. Hemos organizado charlas, dinámicas sobre identidad de género y la importancia del activismo para la transformación social. Los talleres nos invitaron a desarrollar la creatividad, y a concretar los mensajes que queríamos compartir en la manifestación. El viernes salimos a la calle para reivindicar la justicia y la igualdad frente a la trata en nuestro especial 8M. Nos sumamos, así, de forma activa y creativa, a las acciones que mujeres de todo el mundo estamos realizando. Preparar este día con todo lo que significa de reivindicar los derechos de las mujeres con mujeres que han sufrido la trata con fines de explotación tiene la fuerza de proponer otra forma de ver, entender y estar en el mundo; de relacionarnos hombres y mujeres, en definitiva, nuestra apuesta de que otro mundo, otra sociedad, otra Iglesia, otra forma de relacionarnos es posible.

Ser mujer, creyente, consagrada adoratriz me lleva a comprometerme y reivindicar los derechos que tantas veces nos son vulnerados, gritar las violencias a las que como mujeres estamos sometidas, y transitar con esperanza las periferias.