Una alianza con el inconformismo juvenil - Alfa y Omega

Una alianza con el inconformismo juvenil

Como Orfeo, el Papa anima a la pastoral juvenil a responder a los «cantos de sirena» del mundo entonando «una melodía más hermosa»

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Foto: CNS

Como sucedió con Amoris laetitia, la exhortación Christus vivit trasciende su temática concreta y, a partir de un mensaje dirigido a los jóvenes, apunta a un cambio de actitudes más profundo. Esta es la verdadera reforma de Francisco, que ahora le dice a la Iglesia que «necesitamos desarrollar y potenciar mucho más nuestra capacidad de acogida cordial». En tiempos marcados por el desarraigo, la soledad o la perdida de «certezas básicas», el Papa pide que las comunidades católicas se conviertan en verdaderos «hogares» donde las personas sean realmente escuchadas y tenidas en cuenta, y no simplemente despachadas con mensajes prefijados o –peor aún– con «una suerte de adoctrinamiento» de corte moral, centrado por lo general en el sexto mandamiento, en lugar de un auténtico «encuentro con el Señor».

Los jóvenes católicos piden protagonismo en la Iglesia, mientras que los alejados más bien «sienten su presencia como molesta y hasta irritante», reconoce Francisco, haciendo suyo el demoledor diagnóstico que dio en octubre el Sínodo de los obispos. Para satisfacer las justas demandas de los unos y salir al encuentro de los otros, la receta de Christus vivit es desterrar las actitudes defensivas. En este sentido, el documento presenta el inconformismo juvenil como aliado de la Iglesia, a la que, ante causas justas como la igualdad de la mujer, alienta a ir de la mano con otros grupos (Francisco habla del feminismo) «aunque no esté de acuerdo con todo lo que propongan».

En continuidad con la Evangelii gaudium, la exhortación huye también de una visión «elitista» de la pastoral juvenil, reservada a unas pequeñas minorías. Por el contrario, apuesta por un modelo decididamente «popular». «Los miembros de la Iglesia no tenemos que ser bichos raros», escribe el Papa, quien, sin embargo, desde esa misma normalidad, anima a los jóvenes a no tener miedo a diferenciarse del mundo en determinados aspectos ni a anunciar sin complejos el Evangelio. Ante cantos de sirena como «el consumismo cultural», la solución no es encerrarse en un gueto. El Papa contrapone la actitud de Ulises a la de Orfeo. El primero «se ató al árbol de la nave y tapó las orejas de sus compañeros de viaje». Por el contrario, Orfeo respondió entonando «una melodía más hermosa», justo lo que debe hacer hoy la Iglesia.