«El trabajador no es un número» - Alfa y Omega

«El trabajador no es un número»

El cardenal Osoro mantuvo la semana pasada en IESE un encuentro con jóvenes profesionales que se forman para ser mejores directivos. Les recordó que deben armonizar «la legítima búsqueda de beneficio en la empresa» con la «irrenunciable tutela de la dignidad de la persona»

Rodrigo Pinedo
El director del campus de IESE en Madrid, el profesor José Luis Suárez, moderó el coloquio con alumnos del EMBA. Foto: IESE/Javier Arias

Hace años, el propietario de una empresa de lácteos cántabra, ya mayor y con mucha experiencia, se situaba cada día, a primerísima hora de la mañana, en la puerta de la fábrica para recibir a los trabajadores. «Los llamaba por su nombre, les daba la mano y sabía cómo estaban sus familias. […] Hoy vas por allí y la gente sigue recordándolo. Implicaba su persona en que la otra fuera persona también».

Con esta anécdota, el cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, reivindicó el pasado viernes, 26 de abril, la importancia de colocar a la persona en el centro de la actividad empresarial. Lo hizo durante un encuentro con jóvenes profesionales que se preparan para ser directivos y emprendedores en las aulas de IESE Madrid, la escuela de negocios vinculada a la Universidad de Navarra.

Después de celebrar una Eucaristía en el oratorio del campus y compartir una comida con los miembros del comité de dirección del mismo, quienes subrayaron su apuesta por formar a líderes comprometidos con los trabajadores y con la sociedad, el purpurado tiró del Compendio de Doctrina Social de la Iglesia para recordar que es «indispensable» armonizar «la legítima búsqueda de beneficio en la empresa», porque «si no se hunde», con la «irrenunciable tutela de la dignidad de la persona».

El beneficio –detalló– «es un indicador de que esto está funcionando bien, significa que todos los factores productivos han sido utilizados adecuadamente», pero no se pueden olvidar las «obligaciones de justicia social con los demás», ni puede haber ningún tipo de explotación. Hay que tener en cuenta que «el ser humano es uno: necesita tiempo para estar con la familia, necesita tiempo para descansar y, en la medida de eso, también va a trabajar mejor». «Necesita que le reconozcan que no es un número, que le llamen por su nombre», aseveró.

La aportación de los dirigentes que entiendan estas necesidades puede ser fundamental en una sociedad en la que, como lamentó el cardenal Osoro, «se están perdiendo la categoría de perdón, la categoría de fraternidad y la categoría de projimidad», y en la que se ha olvidado que «tenemos que construir una casa común que es de todos». La Iglesia va a estar ahí para recordarlo y, por ello, constituye «un bien social».

En el coloquio posterior surgieron preguntas como los pontificados de san Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco; el descenso de vocaciones sacerdotales, o la política en el seno de la Iglesia. El arzobispo de Madrid animó a los alumnos de IESE, que muy pronto se graduarán con un MBA (Master in Business Administration) bajo el brazo, a plantearse de manera permanente la propia vocación en el sentido más amplio del término y a afrontar los nuevos cargos y los ascensos profesionales con una pregunta: «¿Eres mejor persona?». «Si no, examínate», apostilló. Ese es el reto diario.