«Un cristiano debe tener claro su derecho y deber de votar» - Alfa y Omega

«Un cristiano debe tener claro su derecho y deber de votar»

Redacción
Foto: EFE/Javier Lizón

Los obispos de Urgel (Lérida) y Vic (Barcelona), Joan Enric Vives y Romà Casanova, respectivamente, han defendido en sendas cartas dominicales la necesidad de participar en los próximos comicios municipales y europeos, ante lo que este último señala que «un cristiano debe tener bien claro su derecho y su deber de votar», recoge Europa Press.

Vives llama la atención sobre la importancia del Parlamento Europeo, que se renueva cada cinco años y que «decide cómo actuará la Unión Europea (UE) en los próximos años, en relación con preocupaciones en materia de ayuda a la familia, la libertad religiosa, el empleo, empresas, seguridad, migración y cambio climático, entre otros».

«Europa es de todos, y juntos tenemos que tomar las decisiones», apuntó, al tiempo que subraya que algunos de los retos e incertidumbres que apuntan los obispos de la Comisión de Episcopados de la Comunidad Europea subrayan, pueden ayudar en las votaciones. Según Vives, «Europa necesita redescubrir su identidad común y proteger los individuos, familias, culturas y, especialmente, las vulnerables» y la protección del medio ambiente y el desarrollo sostenible no puede limitarse a las fronteras de la UE.

Por su parte, el obispo de Vic destaca que el sistema democrático pide a todos esta implicación: «Hemos de expresar nuestra voluntad, con nuestros votos, en la elección de quienes deben ser los gestores de las instituciones».

«Ejercer este derecho y deber, pide, pero de todos y cada uno de nosotros un esfuerzo para hacerlo desde la responsabilidad», y que esta se debe hacer desde la mirada del bien común, añade.

En concreto, incide en que en las elecciones europeas también «está en juego la defensa de la vida humana en sus límites de fragilidad, en el seno de la madre y en la cama del dolor y la enfermedad». Y asevera: «La dignidad de la persona humana es un valor indiscutible: toda persona, más allá de su origen, su raza, cultura o religión, debe ser valorada, acogida y promocionada».

También aboga por que la libertad sea «siempre respetada» y defiende la «justicia social para que todos puedan vivir con dignidad, con su trabajo, y con una educación, desde la libertad de los padres, y con una sanidad digna».