Una parroquia protagonizada por los laicos - Alfa y Omega

Una parroquia protagonizada por los laicos

A través de las células parroquiales de evangelización, Nuestra Señora de Loreto de Jávea ha conseguido revitalizar su comunidad. La parroquia alicantina será la sede el 1 de junio del II Encuentro Nacional de Células Parroquiales de Evangelización en España

Rodrigo Moreno Quicios
Las reuniones de las células parroquiales de evangelización se celebran en las casas de los feligreses y su líder siempre es un laico. Foto: Sistema de Células Parroquiales de Evangelización

«A veces los curas hacen lo que deberíamos hacer los laicos», denuncia Raúl Marzal. Tras pasar años intentando dinamizar su parroquia, ha visto todo tipo de episodios de clericalismo. «Hay gente que, si se encuentra una cucaracha muerta en la iglesia, en vez de cogerla y tirarla, va corriendo al párroco para decírselo», bromea. Consciente de su papel en la Iglesia, no se conforma con solo ir a Misa los domingos. «Los laicos también tenemos nuestra vocación y somos corresponsables de la Iglesia», sentencia.

Es algo que tiene especialmente claro desde que puso en marcha las primeras células de evangelización en su parroquia, Nuestra Señora de Loreto de Jávea (Alicante). Este sistema, inspirado en las primeras comunidades cristianas, anima a los feligreses a reunirse en pequeños grupos para profundizar en la fe y difundirla en su entorno. «Es lo que se hacía en las primeras comunidades. Jesús, cuando escoge a los discípulos, no coge a 100. Coge a doce e invierte su tiempo en ellos», explica Marzal, quien recientemente se ha convertido en el secretario de comunicación de un equipo para la promoción de esta metodología.

En contraposición al clericalismo sobre el que tanto ha alertado el Papa Francisco, las células funcionan sin la presencia de un sacerdote, se reúnen en las casas de sus miembros y su líder siempre es un laico. No obstante, esta concepción de líder es muy diferente a la de la política o el mundo deportivo, tiene en sentido cristiano. «Jesús es un ejemplo de liderazgo a través del servicio. El líder es un discípulo misionero que va a hacer otros discípulos», aclara Marzal.

Además, como el objetivo de cada célula es multiplicarse y no solo celebrar reuniones, cada una cuenta con otra persona formándose para ser líder. De este modo, cuando el grupo crece lo suficiente como para reunir a doce personas, se divide en dos y vuelve a comenzar su ciclo. «La célula que no se multiplica al final muere», advierte Marzal.

Una parroquia más allá del domingo

Aunque se reúnan sin la presencia de un sacerdote, «cada célula de evangelización es una pequeña comunidad dentro de esa gran comunidad que es la parroquia», explica don Fernando Mañó, párroco de Nuestra Señora de Loreto de Jávea. A su juicio, este sistema renueva la Iglesia, pues ve necesario que la gente se encuentre en un pequeño grupo más allá de la Misa dominical.

«En el pequeño grupo se sienten más acogidos y pueden vivir la fe. Allí se vive la fraternidad y un proceso de discipulado, es decir, un proceso de conversión en el que el miembro de la célula se convierte en un misionero que crece en la fe y renueva la vida parroquial», considera el sacerdote.

Un ejemplo claro de esta revitalización está en la capilla de adoración por la nueva evangelización que pusieron en marcha las células de Nuestra Señora de Loreto de Jávea y que, según Mañó, «se ha convertido en el corazón de la parroquia».

Esta estrategia para crear comunidad, que puede parecer arriesgada en una iglesia donde la gente no esté acostumbrada a hacer oración, ha permitido a sus feligreses conocer al Espíritu Santo, a quien Raúl Marzal considera como «el gran desconocido». «Hemos aprendido cosas que están en el catecismo de la Iglesia pero que no vivíamos. Algunos llegaban y al principio solo rezaban un padrenuestro o un avemaría. Luego nos han contado que se han enamorado tanto del Señor en la Eucaristía que cuando llegan se queda una hora y media».

Las células buscan crecer invitando a personas cercanas a sus miembros. Foto: Sistema de Células Parroquiales de Evangelización

Contagiando la alegría

La buena experiencia de Mañó dirigiendo su iglesia le ha animado a convertirse en el promotor de las células de evangelización para España y Latinoamérica. «El promotor tiene que designar en cada país una persona referente e intentar que en todos haya parroquias celulares, pero yo no funciono solo. Tengo detrás un equipo de laicos al que tengo que obedecer», cuenta.

Otra de las responsabilidades del promotor es organizar encuentros entre las parroquias que siguen este sistema en España o, al menos, muestran curiosidad por él. Con ese espíritu, ha convocado el II Encuentro Nacional de las Células Parroquiales de Evangelización en España, que tendrá lugar el 1 de junio de 2019 en Nuestra Señora de Loreto de Jávea.

«Lo que queremos es que la gente vea cómo las células nos han cambiado, que palpen la alegría. Todos hemos redescubierto la fe aquí y algunos no la tenían y la han recuperado», celebra Vicente Estalrich referente del sistema en España.

Al seminario acudirán representantes de las diferentes parroquias que, diseminadas por todas España, están comenzado a aplicar esta metodología. «Hay en Cartagena, en Cádiz y se está empezando en Madrid, Valencia… Cuando la gente ve cómo se está sacando esto, quieren algo así. El contagio es lo que hace que salga adelante», explica Estalrich.