Sacerdotes madrileños concelebran la Misa con el Papa - Alfa y Omega

Sacerdotes madrileños concelebran la Misa con el Papa

Un grupo de sacerdotes de Madrid que celebran sus bodas de oro sacerdotales concelebra la Eucaristía de la mañana en Santa Marta con el Papa Francisco

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
Foto: Vatican Media

A las 6:30 de la mañana del lunes estaba diluviando en Roma, y apenas había algo de claridad cuando seis curas de Madrid se han subido a dos taxis en dirección a la residencia Santa Marta, la casa del Papa en el Vaticano, para concelebrar con él la Misa diaria. Normalmente, con el Santo Padre solo concelebran en la Eucaristía matutina sacerdotes de la diócesis de Roma, pero estos seis madrileños han sido una excepción porque este año celebran sus bodas de oro sacerdotales.

«Ha sido una experiencia muy bonita y muy serena, y también muy honda», explica don Lucas Berrocal. «Nos ha llamado la atención que el Papa no haya predicado la homilía hoy», lamenta, pero en contrapartida se han llevado la experiencia de ver rezar al Papa Francisco: «Nos ha gustado a todos ver la hondura de su oración», dice don Lucas. Cuando el Papa Francisco pronuncia las palabras de la plegaria eucarística, «las dice muy bajito, y se le nota que está en un ambiente de oración. Es un modo de rezar muy íntimo y muy recogido».

En cualquier caso, «lo importante es la Misa y esta ha sido una Misa normal ­–cuenta–. Yo he repartido la Comunión, hemos cantado el Regina Coeli al final…», y al final han podido saludar al Papa Francisco personalmente: «Le hemos recordado que este año él celebra también sus 50 años como cura. “Yo en diciembre”, nos decía», explica Berrocal.

«También le hemos recordado que él estuvo haciendo la tercera probación de los jesuitas en España, en Alcalá de Henares, y él bromeaba: “Sí, cuando yo era bueno”», y también «nos ha dado recuerdos para nuestro obispo, don Carlos, “y a la Manuela”, refiriéndose a la alcaldesa de Madrid. Cuando le hemos contado que, después de las elecciones municipales, parece que va a dejar de serlo, nos ha respondido: “No sabía nada”. Ha sido un conversación breve, pero muy amigable y cercana», explica el sacerdote.

Al final del saludo, los sacerdotes de Madrid «le hemos lanzado una indirecta y le hemos dicho: “En España le necesitamos mucho”, pero él se ha sonreído y al despedirnos nos ha dicho, como hace siempre: “Rezad por mí”».