Abusos sexuales: prevenir no es opcional - Alfa y Omega

Abusos sexuales: prevenir no es opcional

Ninguna organización está libre de abusos u otros delitos, pero la ley exige hacer lo posible por prevenirlos y actuar de la mejor forma posible cuando se produzcan

Ricardo Benjumea
Alain Casanovas, responsable de Compliance en KPMG España, durante su intervención en el Foro Palabra. Foto: Revista Palabra/Rafa Martín

Con las últimas reformas del Código Penal, el responsable de la comisión de delitos como el blanqueo de capitales o los abusos sexuales ya no es solo la persona física que los comete. La empresa, asociación, entidad… a la que pertenece puede ser imputada, a menos que acredite que ha actuado con la «diligencia debida» tanto en la prevención como en la respuesta a estas conductas ilegales. Esto ha permitido, por ejemplo, que algunos partidos políticos hayan sido condenados por corrupción, y no solo, como hasta ahora, sus miembros a título individual.

Este fue la advertencia de Alain Casanovas, responsable de servicios de Compliance en KPMG España, en el Foro de la revista Palabra celebrado el 22 de mayo en Madrid sobre Compliance y entidades eclesiales. Entre el público se encontraban varios ecónomos y vicarios de diversas diócesis. También el vicesecretario de la Conferencia Episcopal para Asuntos Económicos, Fernando Giménez Barriocanal, quien, en el tiempo ya del coloquio, tras aludir al manual de buenas prácticas financieras y al protocolo contra el blanqueo de capitales aprobados por la CEE, lanzó la pregunta –«es importante por la actualidad que tiene», dijo– sobre la conveniencia de aplicar este mismo enfoque a los abusos sexuales.

Varios obispados españoles, de hecho, ya han incorporado planes de compliance penal, aclaró a este semanario un responsable diocesano. Pero a la espera del decreto general que prepara la CEE y de la entrada en vigor de las normas anunciadas en el motu proprio del Papa Francisco Vos estis lux mundi, hay también entidades eclesiales que solo ahora están empezando a preocuparse por ofrecer una respuesta proactiva.

Casanova aseguró que «esta inquietud» acerca de los abusos sexuales se le ha manifestado en los últimos tiempos «con mucha frecuencia» desde instancias de Iglesia. Lo que «no es creíble» –subrayó– es que organizaciones con «muchos años» de historia sostengan que «nunca nos ha pasado nada». «Lo mínimo que podemos hacer es tener unas directrices claras de conducta», añadió. Quien comete el crimen no se podrá escudar entonces en que «esto estaba tolerado», porque «lo hacía Fulano, lo hacía Mengano, lo hacían muchas personas en la organización…».

«¿Que vamos a tener incidentes? Sí, como todas las organizaciones», prosiguió. «Pero lo importante es poder decir: “He hecho todo lo posible para prevenirlo y, cuando han ocurrido esos incidentes, he actuado de la forma más profesional y rápida que he podido”». Para lo cual –advirtió– se necesita poder acreditar que efectivamente la organización destina recursos humanos y económicos «suficientes» a este apartado, de modo que estos planes sean consistentes y no simplemente un elemento cosmético. O lo que es todavía más grave: que se utilicen para «ocultar incumplimientos» y dificultar la acción de la justicia, «una perversión del modelo» que, con «todo el sentido del mundo», es considerado un «factor agravante» por la jurisprudencia de varios países.

«Lo peor es el daño a la imagen»

Pero más allá del mundo eclesiástico, Alain Casanovas insistió en que si «antes la motivación [para que una organización se dotara de un plan de compliance] era el miedo, poder tener una buena defensa» ante el juez, en los últimos años se ha producido «un cambio drástico», y ahora lo que se busca es «hacer las cosas bien». El concepto de compliance –enfatizó– no abarca solo el cumplimiento de las leyes, sino también de los códigos éticos. Se trata de supervisar que las actuaciones de una organización son «coherentes» con los valores que afirma defender. Las implicaciones prácticas van en aumento, argumenta el responsable de KPMG. Poder acreditar «un buen modelo de compliance» significa cada vez con mayor frecuencia un acceso más fácil a un crédito bancario o pólizas de seguro más baratas.

Pero sobre todo se evitan daños de imagen para la entidad. «Una sanción económica se provisiona, se periodifica, se termina pagando y no pasa nada». Escándalos como el de los vehículos diésel de Volkswagen o el mal uso de datos por parte de Facebook –citó a modo de ejemplo– ocasionan pérdidas mucho mayores y a más largo plazo. «La sanción da igual, lo que no se olvida esa esa pérdida de credibilidad y de imagen», abundó.

Y si esto sucede en el ámbito de la empresa, «en el tercer sector no diré que los incumplimientos son más graves, pero la sociedad los considera más execrables porque son contra natura. La sociedad no tolera que una ONG que defiende unos valores –y su propia razón de ser es la defensa de esos valores– haya permitido conductas que son la antítesis».

El mismo principio es aplicable a una organización eclesial. «Esto –vaticinó– puede generar un nivel de exposición en los años venideros que me temo que será mayor que en los años pasados».

Encuesta a víctimas en Francia

La Iglesia de Francia da nuevos pasos en la lucha contra los abusos. La comisión de expertos independiente creada a finales de 2018 por el episcopado galo ha comenzado a indagar en los casos cometidos por clérigos desde 1950. Además de solicitar a las diócesis que le remitan todos sus casos de las últimas siete décadas, se ha puesto en marcha un teléfono y una dirección de correo electrónico y postal para atender a las personas que los sufrieron. La encargada de su gestión es la asociación France Victimes, que atiende a víctimas de diversos delitos. Con personal formado específicamente en abusos sexuales en entornos eclesiásticos, la plataforma ofrecerá a las víctimas información sobre recursos de ayuda psicológica u orientación jurídica para llevar a cabo acciones legales. Pero el objetivo es sobre todo que esa iniciativa, con un año previsto de duración, le ponga cifras a esta problemática. Y se creará una base de datos que, a nivel cualitativo, recopilará testimonios de víctimas para estudiar la dinámica de los abusos y su encubrimiento. Este material le servirá a la comisión de expertos para ofrecer sus recomendaciones a los obispos sobre cómo prevenir y dar respuestas adecuadas a estos casos en el futuro.