Cardenal Osoro: «El coraje de la renuncia es esencial para vivir el ministerio sacerdotal» - Alfa y Omega

Cardenal Osoro: «El coraje de la renuncia es esencial para vivir el ministerio sacerdotal»

«¡Cuánto necesitamos, en estos momentos, reconocer el valor del sacerdote! Cuánto necesitamos poner todos los medios necesarios para vivir el rostro de este Jesús que, en esta fiesta, se nos presenta…». Con esta confesión –declamada en voz alta y con las manos cargadas de esperanza–, el cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, ha presidido la Eucaristía en la solemnidad de Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote. El claustro del monasterio de las HH. Oblatas de Cristo Sacerdote ha sido el escenario que ha acogido, un año más, esta jornada de santificación sacerdotal

Carlos González García

Acompañado por los obispos auxiliares monseñor José Cobo, monseñor Santos Montoya y monseñor Jesús Vidal, por los vicarios episcopales, por numerosos sacerdotes y en un claustro donde no quedaba un solo lugar por habitar, el purpurado ha comenzado la celebración agradeciendo su infinita labor a las religiosas que cuidan cada detalle de los presbíteros que configuran la archidiócesis. «En la arquitectura de nuestra existencia como sacerdotes, hay unas personas que trabajan en mantener lo que cada uno de nosotros somos por gracia de Dios, y son estas hermanas que han ofrecido la vida entera para que nosotros seamos santos y seamos capaces de imitar en nuestra vida a Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote».

«Dejaos conquistar por la vida de Jesucristo»

A continuación, ha destacado que la ordenación sacerdotal de cada uno de los presentes «es esa voz que escuchamos permanentemente en nuestra vida para hacer verdad lo que el Señor nos pide». Por ello, «sabemos que hacer presente a Cristo no es fácil para nosotros», pero «sí lo es si nos ponemos en sus manos y nos dejamos conquistar la vida por Jesucristo».

Con la mirada fija en la de sus hermanos, ha enumerado tres aspectos que son necesarios para dejarse conquistar el corazón: «Tened humildad para escuchar, acoged el carisma de la totalidad y acoged el valor de la renuncia». El anuncio del Señor «es lo primero», ha recordado, «y el coraje de la renuncia es esencial para vivir el ministerio sacerdotal». Una invitación a recorrer el camino de las periferias, porque «salir de uno mismo es la reforma fundamental, es la invitación que nos hace Cristo Sumo y Eterno sacerdote». Y hacerlo, siempre y en todo momento, con humildad, teniendo «la humildad de escuchar».

«Imitad el secreto de los apóstoles»

«A Dios le encanta revelarse a través de lo pequeño, de lo sencillo, de los menos importantes», y «por eso se nos permite mirar a una persona, de arriba a abajo, solo para levantarla», ha recalcado el purpurado, ante un respetuoso silencio y una reposada paz que inundaba todos y cada uno de los rincones del claustro.

El pastor de la Iglesia que camina en Madrid ha animado a los sacerdotes a imitar a «el secreto» de los apóstoles: «Tenían diferentes sensibilidades y orientaciones, pero había una fuerza para amarse unos a otros en Jesucristo». Una hoja de ruta para «estar cerca del Señor», del «pan partido que celebramos todos los días».

«Entreguemos su amor a todos los hombres»

Finalmente, el cardenal los ha alentado a no retener nada para ellos mismos y a ser libres. «Jesús pide que permanezcamos en Él, que nos dejemos conquistar por Él y no por nuestras ideas», porque «si nos dejamos conquistar por nuestras ideas, tendremos la pretensión de administrar y de controlar, y no de ser pastores». Mientras que el Señor «nos pide que confiemos en los demás, que nos entreguemos a ellos y que nos liberemos de la mundanidad».

Una invitación al servicio y a la generosidad sin límites que el arzobispo ha posado en las sacerdotales manos de cada uno de sus hermanos: «Él nos ha enviado a esta tierra para que el amor que Él nos ha dado, lo entreguemos a todos los hombres».