Muere por asfixia un adolescente marroquí en un centro de menores de Almería - Alfa y Omega

Muere por asfixia un adolescente marroquí en un centro de menores de Almería

El informe de la autopsia señala que el joven necesitaba atención específica por el riesgo de suicidio. Estaba diagnosticado, entre otras cosas, de déficit de atención e hiperactividad (TDAH), pero la saturación de los recursos públicos impide tratar adecuadamente estos casos, según denuncian los trabajadores

Rodrigo Moreno Quicios

La reciente muerte de un menor en el centro de acogida Tierras de Oria, en Almería, ha reabierto el debate sobre las condiciones en que se atiende a estos adolescentes. El chico, de 18 años y origen marroquí, falleció el 1 de julio cuando seis guardas jurados del complejo intentaban inmovilizarlo en una cama durante una crisis nerviosa.

Según explicaba el miércoles 3 de julio el vicepresidente del Gobierno andaluz, Juan Marín, el joven tuvo convulsiones y, cuando se acercó el personal a auxiliarlo, sufrió una parada cardiorrespiratoria, tras lo cual se avisó a los servicios de emergencia que le practicaron sin éxito maniobras de reanimación.

Sin embargo, el informe de la autopsia, al que ha tenido acceso el diario El País, señala índices de asfixia y no descarta que la causa de la muerte esté en «la comprensión abdominal o la sofocación con almohada o colchón».

Sin recursos suficientes

El documento también recoge que este menor estaba diagnosticado de trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH), trastorno de adaptación ansioso-depresivo y contaba con un largo historial en el consumo de sustancias, donde se inició con 10 años. Un cuadro complejo que requería un «protocolo de prevención de suicidio».

También era frecuente para este menor autolesionarse. De acuerdo con el informe de la autopsia, había presencia en su brazo izquierdo de «múltiples heridas cortantes cicatrizadas autoproducidas». Justo antes de su crisis nerviosa, estaba tatuándose de forma rudimentaria, algo que los vigilantes del centro trataron de impedir y que provocó una respuesta violencia del adolescente.

Según han informado a Efe fuentes de la Consejería de Turismo, Regeneración, Justicia y Administración Local, en el momento de los hechos el centro activó el protocolo de actuación ante una situación violenta y agresiva por parte del joven, unas medidas que, según las fuentes, están recogidas en la ley del Menor y revisadas por la Junta.

No obstante, la posibilidad de que se produjera una asfixia accidental pone en tela de juicio esta versión de los hechos. También refuerza la hipótesis de quienes denuncian, como hicieron varios antiguos trabajadores de Tierras de Oria en 2018, que estos centros no cuentan con los medios suficientes para atender a perfiles complejos que necesitan ser derivados a recursos específicos, y que, en todo caso, requerirían la presencia de más psicólogos y educadores sociales, y no tanto personal especializado en seguridad, como guardias jurado.

Trabajadores de Tierras de Oria difundieron unas imágenes de 2015 en las que dos internos eran inmovilizados a la fuerza, un caso similar al que acaba de terminar en tragedia. La Fiscalía archivó el caso, a pesar de que el Consejo de Europa consideró en 2017 que estas prácticas podrían calificarse de «trato degradante o inhumano». Los responsables de la difusión de aquella grabación, sin embargo, se encuentran a la espera de juicio.

Efe / Rodrigo Moreno Quicios