El Papa: «Al mirar con fe» a Pedro, «vemos a Cristo mismo» - Alfa y Omega

El Papa: «Al mirar con fe» a Pedro, «vemos a Cristo mismo»

Durante la audiencia general de este miércoles, Francisco ha reivindicado la figura de Pedro y reeditado su llamamiento a una Iglesia que sea hospital de campaña. «Los enfermos son privilegiados por la Iglesia» y «no deben descartarse». Al contrario, «deben tratarse, cuidarse: son objeto de preocupación cristiana»

José Calderero de Aldecoa
Foto: Vaticano

El Papa ha vuelto a reivindicar durante la audiencia general de este miércoles el papel de la Iglesia como hospital de campaña, «que acoge a las personas más débiles, es decir, a los enfermos», y en la que Pedro va a la cabeza.

Según Francisco, «los enfermos son receptores privilegiados de la feliz proclamación del reino, son hermanos en quienes Cristo está presente de una manera particular, para dejarse buscar y encontrar por todos nosotros». Es más, «los enfermos son privilegiados por la Iglesia» y «no deben descartarse». Al contrario, «deben tratarse, cuidarse: son objeto de preocupación cristiana».

En esta labor, como también en la Iglesia, Pedro va a la cabeza. «Se acerca a las camillas y pasa entre los enfermos, como lo había hecho Jesús, asumiendo enfermedades y dolencias». «Lleno del Espíritu de su Señor, pasa y, sin hacer nada, su sombra se convierte en una caricia, en acción sanadora, una comunicación de salud, un derramamiento de la ternura del Resucitado que se inclina sobre los enfermos y restaura la vida, la salvación, la dignidad».

Sin embargo, Pedro es solo un testigo que «manifiesta a Cristo, tanto con palabras como con la presencia corporal, lo que le permite relacionarse y ser una prolongación de la Palabra hecha carne en la historia». Con su actitud, ha insistido el Santo Padre, Pedro demuestra que «Cristo está vivo y trabajando». «Al mirarlo con fe, vemos a Cristo mismo».

De esta forma, «en las heridas de los enfermos, en las enfermedades que son impedimentos para continuar en la vida, siempre está la presencia de Jesús, la herida de Jesús». Y «nos llama a cada uno de nosotros para cuidarlos, apoyarlos, sanarlos».

Este modo de actuar, al igual que le ocurrió a Pedro con los saduceos, levantará suspicacias y podrá desembocar en persecución. Frente a ello, los Hechos de los Apóstoles ofrecen «una clave para la vida cristiana: “Obedecer a Dios en lugar de a los hombres”», ha subrayado el Pontífice. «Esto significa escuchar a Dios sin reservas, sin aplazamientos, sin cálculos; adhiérase a Él para ser capaz de hacer convenio con Él y con quien nos encontramos en nuestro camino».

El Papa Francisco ha concluido la audiencia pidiendo al Espíritu Santo «la fuerza para no asustarnos frente a aquellos que nos ordenan guardar silencio, calumniarnos e incluso prestar atención a nuestras vidas. Pidámosle que nos fortalezca internamente para estar seguros de la presencia amorosa y consoladora del Señor a nuestro lado».