«Estoy feliz de volver a casa» - Alfa y Omega

«Estoy feliz de volver a casa»

«Es una vuelta a casa. Estoy feliz por volver a mi diócesis, donde he vivido y trabajado 60 años, pero también triste por abandonar Palencia y a sus gentes maravillosas», dice monseñor Esteban Escudero, nombrado una vez más obispo auxiliar de Valencia

Redacción

Feliz por volver con los suyos, a su tierra. Triste por dejar Castilla. Monseñor Esteban Escudero describía, el sábado, en estos términos, en conversación telefónica con Alfa y Omega, sus sentimientos al regresar a Valencia como obispo auxiliar, responsabilidad que ya desempeñó entre 2001 y 2011, hasta que Benedicto XVI le envió a Palencia.

El domingo, el prelado se presentaba ante los valencianos al término de la Misa d’Infants, la gran celebración en el día de la Patrona, la Virgen de los Desamparados, a la que monseñor Escudero consagró su episcopado. No hubo toma de posesión, puesto que no hay cambio de obispo titular, ni tampoco ordenación episcopal, porque Escudero es ya obispo desde hace 15 años. Pero sí fue un día grande para la diócesis. Otros diez arzobispos y obispos arroparon a monseñor Escudero en su vuelta a casa, además de las principales autoridades políticas de la Comunidad y de la ciudad de Valencia.

En la Iglesia, no hay escalafones

¿Un obispo titular que regresa a su condición anterior de auxiliar? «Entiendo que pueda sorprenderles a algunos, pero eso es porque a veces se presenta el episcopado como si fuera una especie de escalafón militar. Aquí no hay ascensos ni degradaciones, sólo vocación de servicio, y disponibilidad a lo que Dios y la Iglesia le piden a uno en cada momento», responde.

El regreso empezó a gestarse en octubre, en la toma de posesión del cardenal Antonio Cañizares como arzobispo. «Me puse a su disposición para ayudarle en lo que necesitara para pastorear una diócesis que conozco bien. Naturalmente, yo no me refería a regresar como auxiliar, pero el cardenal fue concretando poco a poco la idea». Ambos, «buenos amigos desde el Seminario», siguieron hablando del tema en los frecuentes desplazamientos de monseñor Escudero a Valencia (el entonces obispo de Palencia mantuvo la costumbre de comer en cada visita en el palacio episcopal, como solía hacer con monseñor Osoro). «Cuando me propuso abiertamente volver como auxiliar, le dije que eso no era algo que dependiera de mí. Él envió la propuesta a la Congregación para los Obispos, y finalmente, el Papa dio su aprobación». Así es como se gestó el nombramiento, al que seguirán los de otros dos auxiliares para Valencia, una vez la Santa Sede ha dado ya su visto bueno. Monseñor Escudero se encargará prioritariamente de «la cultura y la formación cristiana de grado medio y superior» en la diócesis, un vasto campo de apostolado en Valencia, la segunda diócesis española en población, después de Madrid.

Siento abandonar Palencia

El pasado domingo, al término de la Misa d’Infants, monseñor Escudero se ponía al servicio de los valencianos, y agradecía públicamente al cardenal Cañizares la tarea que le ha encomendado, mostrándole su «más completa y leal disponibilidad», en «respuesta a su confianza». Escudero manifestaba también su «sencilla voluntad de entrega para conseguir lo que el Papa Francisco nos pide que es preocupación por los más débiles y la expansión de la alegría del Evangelio».

El obispo auxiliar tuvo también palabras para «las personas queridas que he dejado en la diócesis de Palencia, donde intenté darles lo mejor de mí mismo, y me han respondido con creces». «Queridos palentinos siempre estaréis en mi recuerdo y en mi oración, juntos en el altar del Señor», les decía.

«Para mí, Palencia ha sido un descubrimiento, por su belleza, y sobre todo por sus buenas gentes», comentaba el prelado a Alfa y Omega. «Cuando vas por la calle, impresiona cómo te paran continuamente para preguntarte cómo estás. O cuando hay una Visita pastoral a un pueblo, te encuentras con muchas personas que se han ido a trabajar a Valladolid, a Bilbao o a Madrid, pero que han vuelto, porque viene el obispo, y para ellos es un gran acontecimiento. Y quiero destacar el contacto con los sacerdotes y con los religiosos, siempre muy directo. Y esos 13 monasterios de clausura, que suponen una riqueza espiritual impresionante. Siento mucho tener que abandonar estas amistades».

Monseñor Escudero se despedía el lunes de los sacerdotes de Palencia, con una Misa en la festividad de San Juan de Ávila, Patrono del Clero español. Este sábado, 16 de mayo, a las 13 h., celebrará un Misa de acción de gracias y despedida en la catedral. Con su traslado a Valencia, la diócesis de Palencia queda vacante. Hasta el nombramiento de un nuevo obispo, el sacerdote Antonio Gómez ha sido elegido Administrador diocesano.