Eficiencia y clara identidad eclesial - Alfa y Omega

Eficiencia y clara identidad eclesial

Ricardo Benjumea

«El amor es real». El cardenal Luis Antonio Tagle daba el 17 de mayo, con esta frase, por concluida la Asamblea General de Caritas Internationalis, en la que una abrumadora mayoría de Delegados con derecho a voto (91 papeletas sobre 133) le eligió como Presidente para el próximo cuatrienio. A sus 54 años, el arzobispo de Manila y Presidente de la Federación Bíblica Católica liderará un nuevo período en la organización, recogiendo el testigo del cardenal Óscar Rodríguez Maradiaga. El arzobispo de Tegucigalpa ha estado al frente de Caritas Internationalis durante los dos últimos cuatrienios, un período marcado por la revisión de los estatutos (2007), su aprobación definitiva (2012) y su implementación, fase dada por concluida en esta última Asamblea General. El proceso ha motivado también reajustes en las Cáritas nacionales.

Un aspecto clave en la reforma estatutaria ha sido el fortalecimiento de la dimensión eclesial de Cáritas, más allá de la eficiencia y profesionalidad, aspectos, por otra parte, esenciales. Si, en las diócesis, el obispo es el responsable último de la Cáritas diocesana, y cada Cáritas nacional depende de una Conferencia Episcopal, a nivel internacional Caritas Internationalis ha estrechado sus vínculos con la Santa Sede, que previsiblemente se fortalecerán en la nueva estructura de la Curia en la que trabaja el Papa. La organización global de Cáritas está además concebida de modo tal que la entidad superior está al servicio de la inferior, en busca siempre de la máxima cercanía a las personas. Allí donde una Cáritas nacional no puede llegar, están las restantes 164 Cáritas federadas para auxiliarle. Caso típico de desbordamiento son las emergencias, como la producida por los recientes terremotos en Nepal.

El número de tragedias ha sido dramáticamente elevado en los últimos años, según ha recordado el cardenal Maradiaga en una entrevista a Radio Vaticano. El purpurado agradecía la respuesta solidaria que ha encontrado en toda la federación, y dedicaba unas palabras especiales de gratitud a Cáritas Española, «de las Cáritas mejores del mundo», a su juicio. «Me voy con ese sabor de boca tan sabroso de que ustedes son tan generosos».

Ecología y justicia social

Caritas Internationalis es hoy una organización internacionalmente reconocida y respetada, una voz siempre crítica contra la injusticia social y referente en la cooperación al desarrollo y en la ayuda humanitaria. En esta Asamblea General, se han destacado, además, campos de acción como la asistencia a refugiados y a los cristianos perseguidos, y, sobre todo, el desarrollo sostenible y la lucha contra el cambio climático.

La agenda para los próximos meses la marca el Papa, que en junio publicará una encíclica dedicada a la ecología. Las expectativas desbordan el ámbito eclesial. En una carta a la Asamblea de Cáritas, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, agradeció el compromiso de la Iglesia en la erradicación de la extrema pobreza y en la defensa del medio ambiente. A finales de año, la ONU pretende que se apruebe en París un tratado internacional que reemplace al Protocolo de Kyoto, y busca la complicidad de los principales líderes religiosos.

Lo social y lo ecológico están estrechamente vinculados para la Iglesia. El martes, declarado Día de Cáritas en la Expo de Milán, la organización realizó diversas actividades dentro de su campaña Alimentos para todos, que quiere contribuir a erradicar el hambre antes de 2025. En la víspera, Tagle y Maradiaga participaron en una Vigilia de oración, reflexión y música frente a la catedral de Milán, y presentaron un estudio realizado a partir de encuestas en 98 países, llevadas a cabo por las Cáritas nacionales con apoyo externo. La gran conclusión es que «el mejor modo de acabar con el escándalo del hambre [la padecen 805 millones de personas en el mundo, según la FAO] es apoyar a los pequeños agricultores, especialmente mientras intentan adaptarse al cambio climático». Los programas agrícolas de Cáritas llegan a unos 107 millones de personas en todo el planeta.

Más que «una simple organización humanitaria»

Si Caritas Internationalis es hoy tan apreciada, «también en el ámbito secular, es precisamente por su pertenencia a la Iglesia», decía el cardenal Parolin, secretario de Estado del Papa, durante la Misa celebrada con los participantes en la Asamblea. El purpurado elogió cómo se ha conducido la etapa de transición en estos años, y resaltó que «el primer objetivo de Cáritas es reconocer y dar testimonio de Jesús como salvador. No podemos simplemente dar esto por supuesto, como si fuera una premisa obvia —añadía Parolin—, sino que se trata más bien de una adhesión personal que debe ser renovada cada día».

En esa misa línea, incidió el Papa en la inauguración de la Asamblea. «Cáritas es la Iglesia», enfatizó Francisco, repitiendo casi literalmente el mensaje de Benedicto XVI hace cuatro años a la anterior Asamblea General.

Caritas Internationalis es hoy «una gran confederación, reconocida ampliamente en el mundo por el trabajo que realiza», pero no se puede olvidar que «la raíz de todo su servicio está presente en la acogida, sencilla y obediente, de Dios y del prójimo», y «si se quita esta raíz, Cáritas muere», dijo Francisco. Cáritas no es «una simple organización humanitaria». Por tanto, no hay que «caer en el engaño de creer que un centralismo bien organizado sea el camino».