El arzobispo de Madrid recuerda que reconocer a los mártires «es una obligación profunda y sagrada» - Alfa y Omega

El arzobispo de Madrid recuerda que reconocer a los mártires «es una obligación profunda y sagrada»

El Cardenal Arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, presidió el lunes el acto de presentación de los himnos y Misa de beatificación de los mártires del siglo XX en España, como preparación a las beatificaciones en el año de la fe. En su intervención, el Cardenal destacó que con el martirio de Cristo en la Cruz, «cambió el tiempo, cambiaron las personas, cambiaron los pueblos y a la humanidad se la abrió un futuro de gloria»

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Para el arzobispo de Madrid, «la vocación del hombre después de ese gran martirio consiste en saber participar de Él, viviendo con Él» y afirmó que «los mártires son los que lo han hecho más literalmente, han completado su sangre derramada en la Cruz para que esa sangre se hiciese más fecunda en la historia de los hombres, de las almas y de los cuerpos, en la historia del hombre entero, personalmente vista, social y públicamente explicada, extendida y llevada hasta los confines del mundo».

Asimismo, agradeció a los mártires que han dado su vida por el Señor para que «ese martirio suyo se hiciese fecundo en un momento determinado de nuestra historia, la historia del siglo XX, la historia de España, la historia de Europa, la historia del mundo». Y es que «mucha sangre se ha derramado en este siglo XX» y añadió que «mucha de esa sangre se derramó por la sangre de Cristo», aunque «los pecados pudieron menos y el odio fue menos capaz de llegar a la victoria y de conducir a la humanidad por caminos de gloria que la de los mártires, también los nuestros».

Recordar, por lo tanto, el martirio y reconocer públicamente como parte de la Iglesia a sus mártires «no sólo es un signo de patriotismo venido de lo humano sino que es una obligación profunda, sagrada, de lo que ella debe a su Señor y de lo que se debe a sí misma como instrumento del Evangelio, del gran martirio de la Cruz».

El Cardenal también destacó que «este acto de beatificación nos va a ayudar a revivir en nuestro corazón el alma de la Iglesia en España, la voluntad y el propósito de responder a la llamada del Señor en este momento tan crítico y tan difícil de nuestra historia».

También, subrayó que «la sangre de Cristo ha sido la sangre de la reconciliación, del hombre con Dios, pero también de los hombres entre sí» y explicó que «ha sido la sangre sobre la que se ha beatificado la posibilidad verdadera de la paz, del corazón y del alma». «No hay paz cuando los corazones están rotos”, aseguró.

Y agradeció a los compositores, al director orquesta y del coro el esfuerzo de «componer en honor de los mártires», porque «hacer música haciéndose eco de su martirio es una forma de dar testimonio de la fe». «A través de la música se pude dar un excelente testimonio de la fe quizá el más hermoso», dijo. Concluyó con un recuerdo a la encíclica del Papa Francisco Lumen Fidei para destacar que «la fe en fondo es un cauce para que el hombre vea la luz» y refiriéndose a la orquesta dijo que «nos ha ayudado a sentir emoción y valorar de nuevo lo significado historia de la iglesia el testimonio de miles de jóvenes de su martirio del siglo XX en España».

Talentos musicales al servicio de la fe

A la audición, organizada por la CEE y el Arzobispado de Madrid, y presidida por el Cardenal Arzobispo de Madrid, asistieron el Obispo de Tarragona, monseñor Jaume Pujol, y los obispos auxiliares de Madrid, Monseñor Fidel Herráez y monseñor Juan Antonio Martínez Camino, además del director de la orquesta, Pedro Alfaro. También los postuladores de las causas, los miembros del Cabildo Catedral y del consejo episcopal de la CEE.

El acto comenzó con la intervención del obispo auxiliar de Madrid y secretario general de la CEE, monseñor Martínez Camino, quien recordó la próxima beatificación de 522 mártires del siglo XX en España, que tendrá lugar en Tarragona el próximo 13 de octubre, y agradeció la participación de todas aquellas personas que están colaborando en la preparación. Además, comentó que se trata de la primera vez que la orquesta «interpreta en público» la Misa de los mártires del siglo XX. También puso de manifiesto que los nombres de los mártires procedentes de la diócesis de Madrid suman dos páginas enteras de la documentación presentada para la beatificación.

Por su parte, el director de la orquesta, Pedro Alfaro, señaló que el concierto de ayer era «una ocasión única» para poner los talentos musicales al servicio de la fe. Una tarea, dijo, en la que se ayuda de «la inspiración y entusiasmo procedente del espíritu».

Así, destacó que, desde la JMJ de Madrid, celebrada en el año 2011, «estamos comprobando cómo la fe está ayudando a potenciar nuestros talentos, gracias a la inspiración y el entusiasmo que procede del espíritu». Alfaro explicó que «desde entonces, cada proyecto ha supuesto un gran esfuerzo y muchos sacrificios para cada uno, pero es mucho mayor la recompensa cuando vemos cómo a través de la música traspasadas por la belleza y la gracia de nuestros corazones se transforman, pudiendo llegar a tocar a aquellos de quienes nos escuchan».

«Cuando comencé a trabajar no sabía cómo escribir la música, la complejidad del texto y su significado para el cristianismo en todo el mundo me provocaron nervios y miedo hasta el punto de dudar sobre mi capacidad para hacerlo» y tras pedir ayuda a Dios, empezó a «escribir música», reconoció.

También subrayó que «hoy, por primera vez, llegamos para recordar y agradecer el sacrificio de aquellos que entregaron su vida perdonando a quienes se la arrebataban por testimoniar su fe durante las persecuciones religiosas que tuvieron lugar en España en el siglo pasado». En este sentido, reconoció que «apenas éramos conscientes de esta realidad histórica y espiritual que suponen los mártires del siglo XX en España».

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