El Concilio, «una brújula para navegar en mar abierto» - Alfa y Omega

El Concilio, «una brújula para navegar en mar abierto»

En la audiencia general de esta semana, el Papa evocó sus recuerdos personales en el Concilio Vaticano II, cuando tenía 35 años, como joven teólogo consultor, y habló de los documentos conciliares como «brújula que permite a la barca de la Iglesia navegar en mar abierto, en medio de las tempestades o de la calma». De todo ello, «lo más importante era el deseo de «que se vea, de nuevo, con claridad, que Dios está presente, nos mira, nos responde; y que, por el contrario, cuando falta la fe en Él, cae lo que es esencial, porque el hombre pierde su dignidad»

Redacción

«Los documentos conciliares son una brújula que permite a la barca de la Iglesia navegar en mar abierto, en medio de las tempestades o de la calma, para llegar a la meta. Debemos aprender las lecciones más simples y fundamentales del Concilio, a saber: que el cristianismo en su esencia consiste en la fe en Dios y en el encuentro con Cristo, que orienta y guía la vida. Lo más importante hoy, como era el deseo de los Padres conciliares, es que se vea, de nuevo, con claridad, que Dios está presente, nos mira, nos responde; y que, por el contrario, cuando falta la fe en Él, cae lo que es esencial, porque el hombre pierde su dignidad. El Concilio recuerda que la Iglesia tiene el mandato de transmitir la palabra del amor de Dios que salva, para que sea escuchada y acogida aquella llamada divina que contiene en sí las bienaventuranzas eternas. El Concilio es una fuerte invitación a redescubrir cada día la belleza de la fe y a conocerla de modo profundo, para una más intensa relación con el Señor y a vivir auténticamente la vocación cristiana».

El Papa destacó la importancia de los documentos del Concilio, y en particular, de las 4 Constituciones, «casi cuatro puntos cardinales de la brújula capaz de orientarnos. La Constitución sobre la Sagrada Liturgia Sacrosanctum Concilium nos indica cómo en la Iglesia en primer lugar está la adoración, está Dios, está la centralidad del misterio de la presencia de Cristo. Y la Iglesia, cuerpo de Cristo y pueblo que peregrina en el tiempo, tiene la tarea fundamental de glorificar a Dios, como expresa la Constitución dogmática Lumen gentium. El tercer documento que quisiera citar es la Constitución sobre la divina Revelación Dei Verbum: la Palabra viva de Dios convoca a la Iglesia y la vivifica a lo largo de todo su camino en la historia. Y el modo en que la Iglesia lleva al mundo entero la luz que ha recibido de Dios para que sea glorificado, es el tema de fondo de la Constitución pastoral Gaudium et spes».

Texto del Santo Padre en la audiencia general, para descargarlo en formato .pdf, haga click aquí.