«Imploro la paz para Bosnia» - Alfa y Omega

«Imploro la paz para Bosnia»

RV

En el Palacio Presidencial, donde tuvo lugar la ceremonia de bienvenida y la visita de cortesía a la presidencia de Bosnia y Herzegovina, las palabras de esperanza del Papa Francisco, en su primer discurso, fueron recibidas con grandes aplausos.

«Yo he visto hoy esta esperanza en los niños que he saludado en el aeropuerto: islámicos, ortodoxos, judíos, católicos y de otras minorías –afirmó el Papa y añadió- ¡Todos juntos con alegría! ¡Ésta es la esperanza! ¡Apostemos sobre ella!».

«Imploro del Altísimo paz y prosperidad para Sarajevo y para toda Bosnia y Herzegovina», dijo, agradeciendo la amable acogida y el cordial saludo del Presidente de turno Mladen Ivanić, y expresando su alegría por encontrarse allí.

«Sarajevo y Bosnia y Herzegovina tienen un significado especial para Europa y el mundo entero», destacó, recordando luego que «esta ciudad ha sufrido tanto por los sangrientos conflictos del siglo pasado y ha vuelto a ser lugar de diálogo y pacífica convivencia».

En la denominada Jerusalén de Europa, lugar de encuentro de culturas naciones y religiones, Francisco hizo hincapié en que su papel «requiere construir siempre nuevos puentes y restaurar los ya existentes», para que las graves heridas del pasado reciente se puedan curar. El Obispo de Roma alentó la colaboración de la Comunidad internacional, de la Unión Europea y de todos los países y organizaciones presentes en este territorio para impulsar cada vez más los progresos ya alcanzados.

Tras recordar la visita de San Juan Pablo II, en 1997, y la firma de los Acuerdos de Paz de Dayton, el Papa Bergoglio subrayó que Bosnia y Herzegovina es parte integrante de Europa: sus éxitos y sus dramas se insertan en la historia de los dramas europeos y son una seria advertencia, que debe impulsar todo esfuerzo para que los procesos de paz sean más sólidos e irreversibles.

Reconocer los valores fundamentales de la común humanidad construir y dialogar, perdonar y crecer, en lugar de propagar el odio.

«La paz y la concordia entre croatas, serbios y bosnios, las relaciones cordiales y fraternas entre musulmanes, judíos y cristianos, testimonian al mundo entero que la colaboración entre varias etnias y religiones en vista del bien común es posible, que un pluralismo de culturas y tradiciones puede subsistir y dar vida a soluciones originales y eficaces de los problemas, que aun las heridas más profundas pueden ser sanadas por un camino que purifique la memoria y dé esperanza para el porvenir».

El Papa Francisco recordó que «para oponernos con éxito a la barbarie de los que toman ocasión y pretexto de cualquier diferencia para una violencia cada vez más brutal, tenemos que reconocer los valores fundamentales de nuestra humanidad común», los valores en nombre de los cuales se puede y se debe colaborar, construir y dialogar, perdonar y crecer, en lugar de propagar el odio.

Sin olvidar la responsabilidad de los políticos, la necesidad de asegurar los derechos fundamentales de la persona humana y la libertad religiosa, para construir una sociedad más pacífica y justa, el Papa se refirió a la contribución de la Iglesia católica en la reconstrucción material y moral de Bosnia y Herzegovina y la solicitud de la Santa Sede en la promoción de la paz y la escucha recíproca, en una convivencia civil y ordenada, condiciones indispensables para un desarrollo auténtico y duradero.