Una Iglesia en el salón de casa - Alfa y Omega

Una Iglesia en el salón de casa

Juan Ignacio Merino

Pedro Liú procede de China y será otro de los 12 seminaristas que monseñor Osoro ordenará como diáconos el próximo día 20 de junio. Llegó hace ocho años a Madrid sin saber español. Él mismo destaca 3 momentos importantes en su vocación. El primero procede de su niñez. Sus padres, católicos, se casaron y su hogar se convirtió en una Iglesia doméstica. «Un salón de nuestra casa servía de capilla, así los fieles, unos cien, venían a casa para rezar Laudes y Vísperas diariamente, dos veces al día; y sobre todo para la Misa que solía ser una vez al mes. Yo, por el mandato de mi padre, era monaguillo», cuenta Liú. Su hogar fue la cuna de la fe y «la fuente de la vocación que Dios me regaló», asegura.

Pedro pasó de ser monaguillo a vivir «a mi manera. Tenía miedo a la llamada del Señor, porque mis pecados me alejaban de Dios». En 2003, en catequesis, «me llegó de nuevo la rellamada del Señor». Fue su segundo momento importante, lo que él llama el momento «del hijo pródigo».

El tercer momento llegó en el seminario, tras dejar sus estudios de fisioterapia en China. «A pesar de luchas que tengo con el idioma, con el estudio, con la convivencia con los hermanos, con tantas cosas…, soy feliz porque me tiene Él en su presencia», cuenta Pedro, que se ordenará diácono en una semana.