¿Por qué un Encuentro Diocesano de Familias Cristianas? - Alfa y Omega

¿Por qué un Encuentro Diocesano de Familias Cristianas?

El obispo de Alcalá de Henares y miembro de la Subcomisión de Familia y Vida de la Conferencia Episcopal ha convocado este sábado a las familias cristianas de la diócesis a un encuentro. «Es una urgencia del Espíritu Santo que nos invita a dar testimonio de Dios. Es una ocasión para depositar en Jesucristo toda nuestra esperanza», les dice. «También es un modo de celebrar el gozo de formar parte del Pueblo de Dios, de hacer fiesta y estrechar los vínculos que nacen del hecho de formar juntos la Diócesis de Alcalá de Henares»

Juan Antonio Reig Pla

El próximo sábado, día 13 de junio, estamos invitados a celebrar como broche del curso pastoral de la diócesis de Alcalá un encuentro de familias cristianas. Alguno puede pensar que son muchas las celebraciones a lo largo del año y que a todos nos asalta, con el calor, un cierto cansancio para movilizar a las familias en nuestras parroquias, movimientos y comunidades eclesiales. A quien piense así no le falta razón y es razonable desear un poco de descanso.

A pesar de lo dicho, también es razonable la convocatoria que nos hace la Delegación de Pastoral Familiar. Es razonable y conveniente porque necesitamos tomar conciencia de que las distintas realidades eclesiales de la Diócesis formamos un único pueblo que sigue a Jesucristo en un territorio determinado. Somos una única familia que quiere testificar ante el mundo la alegría de la fe y el gozo de la unidad. Es razonable que, saliendo de nuestras parcelas particulares, creemos vínculos comunes que sean expresión concreta de la realidad de nuestra diócesis. Invadidos por una cultura individualista que prescinde de Dios, es necesario generar gestos de encuentro que propicien el sentido de pertenencia al Pueblo de Dios, que nos introduzcan en la verdadera tradición cristiana, que nos hagan tomar conciencia de que el bautismo nos vincula a Jesucristo y nos hace miembros de la Iglesia, su cuerpo.

También, en un contexto de rupturas familiares, es importante poner en valor el hecho familiar. Como bautizados somos la familia de los hijos de Dios que nos alimentamos de su Palabra, de su Eucaristía y demás sacramentos y de la comunión que nos regala el Espíritu Santo. Sin Jesucristo y sin la Eucaristía no seríamos nada. Seríamos simples vagabundos y transeúntes sin meta y sin hogar donde vivir. Seguir a Jesucristo nos ofrece un camino. Somos peregrinos y nuestra meta es el cielo. La Eucaristía nos aproxima el cielo a la tierra, nos hace presentir la gloria y nos da fuerzas para seguir el camino hacia la Verdad y la Vida.

Es hermoso imaginar el Encuentro Diocesano de Familias Cristianas como un espacio en el que se visualice lo que un día despuntará en la comunión de los santos. Las familias que acudamos al Encuentro somos como pequeños afluentes que engrandecen el caudal del río de nuestra Diócesis Complutense. Somos pequeñas iglesias domésticas que formamos la Iglesia diocesana en el seno de la única Iglesia de Cristo. A las familias cristianas se nos ha confiado custodiar el amor, custodiar lo que es específicamente humano. Por ello se hace necesaria la comunión, se precisan gestos que nos ayuden a reconocernos como hijos de Dios. Sin vínculos somos como hojas llevadas por el viento o como embarcaciones que van a la deriva.

No sólo es razonable celebrar un Encuentro Diocesano de Familias Cristianas para culminar el curso pastoral. Es una exigencia de nuestra fe que nos impulsa al reconocimiento de Dios como el verdadero Padre misericordioso que cura nuestras heridas. Es una urgencia del Espíritu Santo que nos invita a dar testimonio de Dios. Es una ocasión para depositar en Jesucristo toda nuestra esperanza. También es un modo de celebrar el gozo de formar parte del Pueblo de Dios, de hacer fiesta y estrechar los vínculos que nacen del hecho de formar juntos la Diócesis de Alcalá de Henares.