«Sois barro, todos los somos. Preocupaos sólo de llenaros del Señor» - Alfa y Omega

«Sois barro, todos los somos. Preocupaos sólo de llenaros del Señor»

«No os dejéis invadir por intrigas, que también existen y se dan en la Iglesia a veces. No adulteréis la Palabra del Señor». «No os preocupe el barro que sois, que los somos todos. Preocupaos de que en ese barro esté Jesucristo, nuestro Señor». Estos son los consejos que dio el arzobispo de Madrid este sábado a los 12 nuevos diáconos que ordenó en la catedral de La Almudena

Ricardo Benjumea

Sois un «regalo que el Señor hace a la Iglesia», les dijo monseñor Osoro a los 12 nuevos diáconos ordenados este sábado en la catedral de La Almudena, entre ellos tres jóvenes procedentes de China, Italia y Polonia. Se trata de seminaristas del Seminario Conciliar como en el Redemptoris Mater, que continuarán su formación con el objetivo de ordenarse sacerdotes. Este sábado hicieron sus votos de obediencia y castidad, por lo que, a partir de ese momento, en comunión con el obispo, su vida se ha convertido en un permanente servicio a la Iglesia y a «todos los hombres», les recordó monseñor Osoro.

«Cada uno tenéis una historia personal muy distinta, procedéis de lugares distintos. Ésta es la riqueza de la Iglesia. Pero el Señor llama siempre y con tal fuerza que hace que se den respuestas como las vuestras», añadió el arzobispo.

La principal misión de los nuevos diáconos, sintetizó Osoro, consiste en «permanecer en el Amor de Cristo», para «regalar ese Amor a los hombres» y «hacerles ver que ese Amor está ahí, que quiere abrazar a todos». No es un amor cualquiera, sino uno que «se vacía de sí mismo y se entrega totalmente a los demás; no mira su bien, mira el bien de los demás».

«Acercar el amor de Dios a los hombres. Ésta es la gran revolución que presentáis en este mundo como diáconos de la Iglesia», añadió. «El Señor os ha llamado para llenaros de su amor. No lo hagáis en la clandestinidad, no lo hagáis vergonzosamente. No os dejéis invadir por intrigas, que también existen y se dan en la Iglesia a veces. No adulteréis la Palabra del Señor. Dejaos agarrar de tal forma por el Amor de Jesucristo que sea vuestra vida expresión de ese Amor en la vida pública, donde están los hombres». «Predicar a Jesucristo vivo. No tenéis una teoría. Habláis de una persona». «Sed transparencia de Su Amor a los hombres. Servid a los hombres con el amor mismo de Dios».

«Este tesoro que tiene una fuerza tremenda para cambiar el mundo» y «el corazón del hombre lo llevamos en vasijas de barro. Esto somos nosotros, esas vasijas». Pero «lo importante es que se vea el tesoro que llevamos dentro. No os preocupe el barro que sois, que los somos todos. Preocupaos de que en ese barro esté Jesucristo, nuestro Señor». De ahí la importancia por pasar tiempo ante el sagrario, para «mirar a Jesús y dejarse mirar por Él».

«¿Por qué no yo?»

Al término de la Misa, el arzobispo dirigió unas palabras de gratitud a las familias de los nuevos diáconos. Impartida ya la bendición, monseñor Osoro volvió a tomar la palabra, para dirigirse esta vez a los jóvenes amigos de los recién ordenados, invitándoles a preguntarse «¿por qué no yo?» «No os quedéis con la pregunta», les animó.