Segunda necrópolis en el Vaticano - Alfa y Omega

Segunda necrópolis en el Vaticano

Hasta ahora para el gran público, cuando se hablaba de Necrópolis vaticana, se entendía la que se extiende bajo la basílica de San Pedro. Pero ya no será así, porque se abre definitivamente al público una segunda necrópolis, la cual se encuentra a lo largo de la antigua Via Triumphalis, el camino que conectaba la Roma imperial con la ciudad de Veio. Además, el Vaticano ha presentado importantes novedades en las catacumbas de Priscila, como el hallazgo de un fresco sobre la resurrección de Lázaro

Fernando de Navascués
Reconstrucción hecha por ordenador de la necrópolis de la Ciudad del Vaticano
Reconstrucción hecha por ordenador de la necrópolis de la Ciudad del Vaticano.

La nueva necrópolis vaticana es un espacio de unos mil metros cuadrados que datan de la primera edad imperial, una zona en la que Calígula había construido un circo para que se entrenaran los aurigas, y en donde, según la tradición, san Pedro sufrió el martirio.

A partir de ahora, será posible pasear por la necrópolis entre mausoleos, sarcófagos esculpidos, estatuas, estucos, mosaicos, frescos y bajorrelieves que narran las vidas de quienes descansan bajo las laderas de la antigua colina vaticana. Entre las novedades que ofrece la excavación, se encuentra el área destinada a las cremaciones, el ustrino, que raramente se conserva en complejos de este tipo.

En la visita se pueden ver cuarenta estructuras sepulcrales y más de 200 tumbas individuales que, desde el final del siglo I y todo el siglo II de la era cristiana, se acumularon y, en parte, se superpusieron, pues a mediados del siglo II este terreno fue cubierto por una capa de lodo que selló las primeras sepulturas, y a la vez facilitó el que encima pudieran erigirse las nuevas. Las tumbas estaban esparcidas desde la colina hasta el valle, conectadas por senderos que desembocaban en la Via Triumphalis.

Las tumbas pertenecían tanto a las clases sociales medio-bajas, conteniendo ollas de cerámica con los restos de la cremación de los difuntos, como a familias de libertos imperiales, que tenían mayores posibilidades económicas. Estos últimos poseían mausoleos cuadrangulares con bóveda de cañón, y presentan en el interior una decoración con motivos vegetales o lineales.

Gracias a los elementos encontrados —altares, sarcófagos y otros objetos—, se han podido conocer con detalle aspectos que hasta ahora eran poco conocidos de los rituales funerarios, a la vez que se ha podido reconstruir todo un tejido histórico y social. Así se ha encontrado el mausoleo de un liberto de Nerón que era el tabularius a patrimoniis, es decir, el archivero de la administración del patrimonio privado del emperador; o la tumba de dos artistas: una dedicada por su mujer al escultor Tiberius Claudius Thesmus, que está representado mientras esculpe un busto en compañía de su perro; y la otra dedicada, también por la esposa, al escenógrafo Alcimus, siervo de Nerón, que se ocupaba de la escenografía del Teatro de Pompeyo.

Novedades en las catacumbas de Priscila

La Pontificia Comisión de Arqueología Sacra ha presentado, en la basílica de San Silvestre, en las catacumbas de Priscila, el fruto de las intervenciones que se han hecho a lo largo de los últimos cinco años: excavaciones, restauraciones para conservar las pinturas de las catacumbas y la reestructuración de la basílica donde fue enterrado el Papa Silvestre. Destaca la restauración del cubículo de Lázaro, en la que, con rayo láser, se ha podido sacar a la luz un fresco que recogía la escena de su resurrección. Tras eliminar capas de sedimentos que se fueron adhiriendo a lo largo de los siglos, se ha obtenido una imagen y unos colores similares a los originales. Junto a este hallazgo, se han restaurado más de setecientos altorrelieves de mármol procedentes de los sarcófagos de estas catacumbas.

La noble Priscila fue la fundadora del cementerio, o la donante de la zona en la que éste surgió. Priscila era pariente de Acilio Glabrio, cónsul a finales del siglo I, quien fue condenado a muerte por Domiciano por ser seguidor de Cristo. Aquí se encuentran las tumbas de muchos Papas, como Marcelino (296-304), Marcelo (308-309), Silvestre (314-335), Liberio (352-366), o Virgilio (537-555), entre otros.

En la web www.mupris.net se puede consultar todo este conjunto escultórico, y a través de Google Maps se pueden visitar las catacumbas.