«Prefiero morir a vivir sin dignidad», afirma un joven iraquí - Alfa y Omega

«Prefiero morir a vivir sin dignidad», afirma un joven iraquí

Cristina Sánchez Aguilar

El Vaticano no es ajeno a lo que sucede en Irak y Siria. El Papa Francisco organizó este lunes un Consistorio Ordinario Público para la presentación de dos causas de canonización y aprovechó la ocasión para informar al Colegio Cardenalicio sobre la situación de los cristianos en Oriente Medio y el empeño de la Iglesia por la paz en esa región. Y de la teoría, pasó a la práctica: ante la petición del Patriarca Sako de visitar esta tierra, el Papa respondió, sin pensárselo dos veces: «Yo estoy dispuesto». Según afirmaba Sako en una entrevista a la web de Aleteia, esta visita, «aunque sólo fuese de un día, una visita breve», sería fundamental para los cristianos, porque «su presencia nos daría apoyo ante el Gobierno y las autoridades musulmanas. También la gente diría que los cristianos no están olvidados o aislados».

De la situación de aislamiento y dolor que sufren los cristianos habló, hace unos días, el dominico Fray Amir Jaje en la ONU, tanto en Ginebra como en el Parlamento Europeo, en Estrasburgo. El religioso, que vive en Bagdad, acudió a la sede de Naciones Unidas para recordar que «los cristianos, y otras minorías, hemos sido desterrados, claramente humillados, y despojados de nuestras posesiones. Y el único crimen cometido es negarnos a renunciar a nuestra fe». La gravedad de las brutales atrocidades del ISIS supera todo lo imaginable, aseveró. Entonces, «¿cómo puede ser que la comunidad internacional esté en silencio? ¿Dónde está la Declaración Universal de los Derechos Humanos y la normativa internacional cuando venden de forma pública a mujeres en el mercado de la ciudad de Mosul? ¿Dónde están los derechos humanos cuando los cristianos, yazidíes y otras minorías están siendo brutalmente asesinados y sus casas son saqueadas? ¿Durante cuánto tiempo va a seguir el mundo mirando en silencio mientras continúan las atrocidades a diario? ¿Está esperando el mundo a que cometan más atrocidades antes de hacer algo para detenerlos? ¿Dónde está la conciencia del mundo?», se preguntó.

Desde hace meses, miles de cristianos viven desplazados «en condiciones muy precarias y sin ninguna ayuda», afirmó. Los niños no pueden ir a la escuela, los enfermos y los ancianos están sufriendo mucho, y otros han muerto «sin dignidad ni un entierro apropiado», explicó. Muchos de estos desplazados están ansiosos por volver a sus pueblos y casas en la llanura de Nínive y quieren vivir allí en paz y seguridad. Sin embargo, esto sólo se puede lograr con la cooperación de la comunidad internacional, el gobierno Iraquí y el Gobierno Regional de Kurdistán. Por lo tanto, «necesitamos un apoyo internacional urgente y eficaz y el apoyo de todas las personas de buena voluntad para salvar a los cristianos y los yazidíes. El silencio y la inacción sólo alentarán a los fundamentalistas del ISIS y se traducirá en más tragedias».

Este sufrimiento lo aterrizan, con nombre y apellido, las religiosas dominicas de Santa Catalina de Siena, en Irak, en una carta en la que «compartimos nuestra lucha diaria con ustedes con la esperanza de que nuestro grito pueda ser escuchado en todo el mundo». Cuentan el caso de un joven que dijo, hace unos días, que prefiere morir a vivir sin dignidad. Las personas sienten que han sido despojadas de toda dignidad. También relatan cómo «nuestro convento de Tel Kaif y el de Karakosh se utilizan como sedes del Estado Islámico. Sabemos que las imágenes, los iconos y las estatuas están siendo destruidos. Las cruces han sido derribadas de los tejados de las iglesias y han sido reemplazadas por banderas del EI».